VII
No puedo darte más
llanto y mi sonrisa…
espera muerta tu
señal de vida
A pequeños pasos, por
si retengo el tiempo
Te ofrezco mi espalda donde puse el beso…
Y rezo, yo rezo!!!!
Oh dios!!!
Y ruego…
Solo regresa el
absurdo eco de un rezo
Y tú…respondes con
saña
Con palabras que dañan
Y llega tu rabia
Y huelo tu medio
Para curarte amor,
solo tengo ya…
Mis ojos secos…
Una espalda es un ofrecimiento que apetece al más absurdo de los besos.
ResponderEliminarUn beso de resignación... un beso de aorecio... ¿qué más da?: los dos padecen la agonía de los ojos sin vida
ResponderEliminar¿Quieres decir que en una espalda no hay ojos? Todavía desconoces las aberturas a las que no se resigna el beso.
ResponderEliminarDe todas formas, ya ves, otro pequeño poema en tu comentario...
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