IV
Antes que tú apareció
el nombre.
Y así recompuso las
partículas
en el polvo que
formaba tu cuerpo.
Tu corazón encierra
un gran tesoro, no lo dudes,
las semillas más
bellas para ti,
las que debes
encontrar.
Desapareció la
máscara de la realidad
porque quiere que tú
aprendas,
que la comprendas.
No busques en la
distancia
ni en tu subconsciente
a un ser que ya no
existe.
Piensa en tu jardín,
que lo has ido
recomponiendo
con pedazos de
pasado. Míralos, ahí están.
Ella te espera,
sabe que eres tú,
siempre ha
permanecido callada
y ahora tú le has
dado la libertad,
ahora que ya encontró
la calma.
Ahora es más fácil
que la puedas ver.
Estamos en el umbral de la reconstrucción, la partitura de la evolución nos pertenece.
ResponderEliminar"Ahora que ya encontró la calma"... una frase especial para Fausto: bonita y especial, sugerente quizás
ResponderEliminarLa calma es el paraíso de los elegidos.
ResponderEliminarAntes que tú otros pisaron las altas montañas nevadas y rompieron con ello la virginidad de la esencia
ResponderEliminarYo amo lo pisoteado y manchado porque nunca ha dejado de ser virgen.
ResponderEliminarEn lo pisoteado tal vez se esconda la verdadera esencia, precisamente porque no le ha hecho perder su hartura el tiempo sino el hombre, que muchas veces no sé si habrá llegado a serlo. Pero tal vez fuese necesario hacerlo así para ver su grandeza
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