Un incendio

¡Alerta! Humo en el bosque.

Humo entre los verdes pañales de un monte.

Gallego. ¡Es fuego!-gritan.

Es fuego. El gran señor del manto rojo

se levanta amenazante.

Y nace arrasador,

sepultador y carnicero.

Ese cruel destino de Galicia

amenaza tempestuoso su destrucción.

El paisaje se rompe.

El campo deja su expresionismo a un lado...

porque muere.

Galicia pierde un hijo.

Ella le cuida.

Ella le baña.

Ella le viste.

Y ahora la abandona.

¡Ayúdame! ¡aún podemos evitarlo!

¡Agua! ¡sólo un gota!

Un riego del corazón que surge.

Galicia muere.

Su gigantesco manto verde

va dejando de existir.

Galicia pierde su campo.

Galicia se va y yo

me voy con ella.

                                         

1978

VIEJOS

Viejos, que os tiemblan las manos
y lleváis duelo en los ojos.
El azote de la Vida
señorea en vuestros rostros,
enjutos y fatigados,
de profetas o de apóstol.

Viejos, que en vano añoráis
algo que sabéis perdido:
juventud, poder, amor,
horas de fiebre y delirio
que ardieron en vuestro ser
como fuegos de artificio.

La nieve que pone el tiempo,
sobre sienes amarillas,
coronó vuestra cabeza
con laurel hecho cenizas
en la llama de la antorcha
que llevasteis encendida.

Vuestra nave, fatigada,
arribó exhausta a la orilla
y ahí está, sobre la arena,
como gaviota abatida,
desguazadas las entrañas
y con la proa partida

en lucha contra las olas,
revueltas y embravecidas,
que llegaban hasta ella
pretendiendo hacerla astillas.

Ahí está, desarbolada,
a la orilla de la Vida.

(P. C. ©"Sentires")

Seguimos construyendo abismos

                                             

Seguimos construyendo abismos

por su nombre.

De nada valió que un cristo

echara las calderas de su templo

y la levita de su persona

fuera ofrenda.

De nada valió que destruyera los muros

que nos esclavizaban

y se cernían sobre nosotros, seguimos construyendo abismos

en su nombre

y a ellos nos doblegamos.

 1992

                                                                           

Con el viento de estos días

Con el viento de estos días han caído ya las frutas de sus cedros en flor. Ahora se harán parte de mí y parte también de este universo omnipotente que me invadirá... como me invade el viento y me invade el mundo. Por eso las recogeré... teñido de amanecer y de púrpura las recogeré. Y luego me haré flor en la nube llorosa y casta.

¿Quién se recuesta bajo el frío de esta noche?

¿Quién se recuesta bajo el frío de esta noche

con sus vestidos de acero y de cristal?.

¿Quién dibuja llagas

sobre el culmen plateado…

en pétalos de amaranto y en pétalos de sal?.

El primero que arrastre el magma en sus zapatos;

el primero, ése es:

el que huye

arrastrando la hiedra seca en los tacones...

el que rompe el día frío,

helado,

el que sesga con sus cuchillos la libertad.

¿Quién es el que funde con sus silencios la aurora

entre las sombras de plata, entre las luces de neón?.

¿Quién hace de cada amanecer un cristal imposible

imitando el breve sueño de un ruiseñor?.

Porque aquél que diga amor y luego mienta,

aquél que siembre estrellas y luego niegue su dios,

aquél… no merece escuchar de los otros el sueño

cuando se disipen las nubes y brote la flor?.

                                              

2004

Temblorosa se asoma la nieve

Temblorosa se asoma la nieve a las montañas como una forma de reivindicar el invierno… una cortina de niebla se impone sobre la ciudad. Los astros se ocultan, se apartan… el verano termina y con él se van todos lo sueños y los deseos. Lentamente comienzan a caer las hojas como un signo de transformación y de esperanza y con ellas lloraré… al mantenerme alejado del mundo. Son las primeras hojas, los primeros pasos… empiezo a nacer. Y el invierno me conduce.