XII
Cuando estoy
tranquilo,
cuando la paz invade
mis entrañas,
ya no sabré enojarme.
Ni discutir, eso es
algo propio del tiempo
y el que llega trae
la buena noticia
del agua en calma,
el agua que se
balancea al compás de todas las sonrisas
concebidas en un
instante.
Si pudiéramos coger
en nuestras manos
ese instante,
veríamos que la paz
es la única que le da
sentido a nuestro futuro. Bajarán las estrellas, pasarán…
se harán mansas a
nuestro lado
y lo sabes:
todos volverán a
recordar
ese principio hermoso.
Hoy acabará de nacer
para nosotros
un sentido.
Si lo escuchas…
Serenidad, quietud y magnificencia, el espejo del alma es un reflejo del firmamento.
ResponderEliminarEstás entrando en el espíritu para comprender lo que hay fuera, me gusta. El tránsito de uno a otro es imperceptible
ResponderEliminarSólo tenemos que conectarnos con el hubble.
ResponderEliminarEl hubble no muestra lo que hay detrás, que es tan importante como lo de dentro. De todas formas en el sabor de lo imperceptible está lo indemostrable. Me gusta tu referencia al espejo del alma
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