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Con estas palabras os doy la bienvenida y mi mayor agradecimiento a vosotros que sois los que hacéis posible que este blog se mantenga activo y vaya renovándolo cada poco tiempo. Mi deseo es que el contenido de este blog os aporte diferentes emociones y sentimientos. Un abrazo cariñoso también a todos los que estáis ahí y formáis parte de esta poesía y a todos los que quieren también formar parte de ella, a las nuevas incorporaciones: un abrazo de bienvenida a todos ellos



sábado, 14 de abril de 2012

Los tiempos están cambiando

  Está cambiando el tiempo. Veo caer el granizo con prisas a través de mi ventana,
como si tuviera urgencias por teñir de blanco la tierra a sus pies y yo nada puedo hacer contra eso, más que ponerme a cubierto bajo un viejo tejado de uralita que por lo menos me cubre.

Hace tiempo arrancaron los eucaliptos de esta tierra, ésos que estaban devorando las piedras colocadas por el hombre por doquier, pero sólo yo sabía que me tapaban, que limpiaban mi ventana de los vientos nefastos… y que algunas veces me hacían soñar. Hoy ya nada: los arrancaron… y me desnudo ante ellos aunque saben bien que siempre me tuvieron así, detenido tras mi habitación de amplios ventanales.

Hace tiempo la tormenta besaba sus altas ramas, erguidas… y eso ellos y yo lo sabíamos, lo compartíamos. Cae el granizo con ímpetu, su rigidez cubre las huellas que ellos han dejado sobre el suelo como una manera de volverse a ver…

Los tiempos están cambiando. 

Y descubrí dentro del mundo


                         Y descubrí                              
dentro del mundo, tu alma…
como una parte de mí muy grande.

Y me quedé tan enganchado de ella
que me enfrenté a mí mismo
aún a riesgo de perderte
y de perderlo todo conmigo.

Y descubrí dentro de tu alma una luz
que me hizo comprender;
comprenderlo.
Y en cada pedazo del camino había sueños…
sueños más grandes,
noches inmensas…

Y encontré dentro de mi alma una luz
y un deseo…
aún a riesgo de perderte
y de perderlo todo a la vez.

-2012-


Bailé con Manoli en Nigrán

 Y comprendí que estaba equivocado. Se te olvidó decirme la razón. Y he pasado las horas dudando. No te preocupes, he aprendido que eso ocurre en todos los lugares, aquí también tenía que ocurrir. No te preocupes, lo entiendo. Si me lo hubieses dicho antes, antes lo hubiera comprendido. Es eso lo que más me duele, el saber que pude herirte creyendo que era una broma. Yo sonreía, quería que tú también.
  La espera es lo de menos, se puede decir que no existió contigo. Sabes que yo me convenzo de algo, y eso es cualidad indispensable para que lo pase bien. Procuraré que esa cualidad no hiera a nadie, y a ella menos. Alguna vez no ocurrió eso, pero bueno, poquísimas, procuro olvidarlas lo antes posible y convencerme de otro detalle tan precioso.
  Las cintas las grabo para Quico. Quiero que sean mías, pero quien las va a oír va a ser él. Hay muchas cosas que no quiero recordar. Me llega a dar asco muchas veces el haber vivido para ellas. Ayúdame, no quiero ser una marioneta. No las podré olvidar nunca. Sólo separarme. Decir “quiero” no vale. Ya viste, a veces, un animal recuerda su origen. Me gustaría que todo fuera como ayer, y no puedo. Es una herida. Pensar que ya se prendió a mí me llega a turbar.
  No, hay tantas cosas que merecen ser olvidadas. Y yo, ¿por qué no olvidarme a mí también?. Porque sé que estoy aquí hoy. ¿Y mañana?. No merece la pena hacerse tantas preguntas. Soy tan pequeño, me parece que voy creciendo a costa de ellas. Me pregunto qué más me espera. Ahora no lo sé. Siento que no tardarás mucho. Voy comprendiendo tu ausencia. Es muy difícil de explicar. Esperas un coche y no viene. Entonces decides responderte que todavía no ha llegado la hora de que venga. Y sigues esperando impacientemente, no sabes a dónde mirar para que se apresure.
  Es esta mañana. ¡Alégrate!. ¿Quién crees que va a estar contigo para este tiempo?. No debes salir, si en rutina, aprovecha lo que te puede enseñar, como tú le dijiste un día. Y esos momentos que quieren turbarte, ¿para qué?: aprovéchalos a ellos también.
  Todo es importante, y tú tienes la suerte de conocer ese todo. Todo se ha de marchar un día, no lo olvides, eso ya te lo he dicho otras tantas veces.
  ¿Viste ayer, cuando ibas por la calle?. La lluvia moja a todos y, cuando son copillos pequeños, es más dura, pues se van amontonando. Ellos no se asombran por nada, no conocen esa capacidad, aunque cada uno tiene su alma; ellos también conocen ese todo. Injusticia hay en todos los sitios, ¿o es que crees que hay quien no lo sepa?. No importa, ya vuelves a estar solo. Todo parece estar desarreglado. Nada en su sitio, te ibas a ir, podemos ordenarlo. No me digas que soy bueno. No, no lo soy, todavía estoy luchando. Tal vez mañana; si, yo nunca he perdido la esperanza y ese mañana acaso vendrá muy atareado. En serio, quiero encontrarle y encontrar en él tantas de las respuestas que un día tuvieron sentido.
 No sé quién decía que todavía estoy en el camino. Si, es algo así la vida. No parar nunca. Aprender que no se debe dar un paso por perdido. Quiero conseguirlo, muchas veces, si vieras mis esfuerzos, me gusta encontrar muchos sentidos en mis palabras, todos ellos serán buenos, y quiero desechar que, aquel día, no los deseché, como tuve intención de hacerlo. Que puedan servirme de apoyo tantas veces como necesite sentirlos a mi lado, para que siempre vayan recordándome de dónde nací, ese qué es lo que hago tan particular que salta a veces ante mis ojos.
  Conocer todo, si, me parece que es bueno eso, porque te permite conseguir una vida, eso que a veces creíste imposible. Podremos saludar todas las cosas, conocemos su origen, sabemos qué hacen aquí, conmigo; mejor estando a mi lado, me parece que nunca he podido soportar estar solo, vacío y callado, sin nada que escuchar.  

martes, 3 de abril de 2012

El agua cubrió la playa


El agua cubrió la playa
y apenas quedó rastro de nuestras pisadas,
ansiosas y a la vez serenas.

Nuestras pisadas eran paralelas entre sí,
por donde sabíamos
que jamás el agua alcanzaría a rebasar…
pero ese día quiso unirse a nuestros sueños
y se acercó
y se bañó en ellos
al igual que lo hace un niño al sentir su primera ilusión.

  Pero no iba a ser así para siempre
y por eso esperamos,
sentados en la hondonada, abrazados…
la hondonada que el mar respetó.

El agua cubría la playa
y nuestros cuerpos eran el viento,
ágil y misterioso,
cercano.

Yo lo sentía todo: el agua, el mar, el viento…
y a ti.
De un lado la cercanía del horizonte:
sus interrogantes,
sus coloridos;
del otro el abismo que compartíamos tú y yo,
pero que me hacía soñar.

La playa se despojaba de sus vestidos
arcanos para mí
y yo me agarré a ellos
para no sentir el paso de las horas.

  Sabíamos que no siempre iba a ser así:
que no siempre la playa iba a ser la playa,
que no siempre mi estancia iba a estar con ella.

Nos estábamos haciendo inmensidad.


Ayer sábado fui y estaban ellas

  Aquel sábado fui y estaban ellas, también vino conmigo Lourdes, pero ella, al llegar, no quiso bailar porque le veían. Yo lo pasé fenómeno. No sólo bailé con Betty y Susana, con alguna más, después a las dos y algo se fueron, me trajeron hasta la entrada de San Pedro. Cuando marcharon, todavía quise bajar a esperar a Quico, pero me detuve a hablar con Mario y él ayudó a persuadirme. Mario es, creo que el único que me cae bien de por aquí, es más sensato. Estuve esperando por Quico primero en la carretera, después arrimado a una casa y luego en el portalón del campo de fútbol, charlando. Muchas personas me preguntaban por la fiesta, me habían visto muy animado. Y siempre les contaba lo de Betty y otros bailes. Mis palabras, aunque sinceras, tienen odio muchas veces. Odio en bruto, se descargan con toda su furia, como fuego. Una llama que se enciende de pronto, tan de repente que parece que quisiera quemar todo su alrededor. Sin embargo, no quiere herir a nadie, sólo quiere explotar en mi interior. No me hace odiar, no, es así porque nadie parece escucharle y él sabe que me lleva a mí. ¿Por qué odiar?. No, es más inocente que todo eso. Es como una especie de rabia para sí mismo y su explosión se la hace olvidar por un momento. Muchas veces, me gusta intercalar el sentido de poder hablar  con vosotras, no quisiera nunca sentirme separado de todas las palabras que pudieran ser sentido de esa forma. Capaz de descubrir cada vez más, capaz de sonreír. Vosotras sabéis muy bien cómo es mi corazón cuando está a vuestro lado. No me dejes callarme cuando quiero decirte algo. O tal vez intente que tú sepas qué es aquello que yo no consigo decir. No me dejes, hazme abrir la boca para estallar toda esa furia que llevo dentro. Corroerá mis entrañas y, por no saber liberarse y dejar esa prisión, se llegará a hacer odio. Y será por ti algo que no debía tener razón de existir.
  Dímelo todo, si hubo solamente una mirada, necesito reconocer que esa primera estuvo equivocada. Déjame decirte que es algo especial lo que yo siento por ella. Que muchas veces la necesito encontrar en mi forma de vivir. Déjame decirte que es la enseñanza que quiere ocupar un sitio en mi alma. Quiero hablar, si tú estás ahí, me sentiré más seguro. Quiero reconocer que mi equivocación iba creciendo, y podía sublevarse. No me dejes callarme, un segundo puede ser la expresión de todo un tiempo, un tiempo indefinido, quizás el que faltaba. Me gustará pensarlo así. Y que tú vas a ayudarme. No sé por qué te miro tantas veces, son unos ojos que se clavan en ese hogar que es su morada y parecen investigar, no te preocupes, no cambies tu mirada por temer ese futuro. Puedo pensar en tantas cosas, quiero pasar el rato hablando con ellas, ¿tienes que ser tú quien intente saltar?. Bueno, tú, pero no te espera nada. A veces me siento ridículo, muchas de las veces, quiero chillar y no puedo, mi voz se hace entonces más delicada, y me sigue pareciendo igual. ¿Todo?. No, es ridículo el no conocer lo que puedes conseguir. Me siento llevado, manejado, ordenado sin rumbo fijo. Estaré equivocado, me gusta que me lo hagas reconocer. Mientras voy andando, si, tú vienes a invadir mi mente. Llévame contigo. No, haces mal, debes volver a la realidad, piensa que este momento indeciso ya pasó. No consiguió apartarte de la raíz. No, debes volver. No tengo que decirte nada. Tú ya sabes cómo me dejaste aquel día. Ahora te espera, debes volver. No va a decirte nada. Tú ya sabes qué es lo que puedes conseguir, solamente será esa ayuda necesaria para recordarte por quién luchas. Así irá contigo. Haces mal si te duermes. Es mejor descansar un poco. En la fiesta de Ramallosa del sábado, cuando estaba bañándome, llamó Lourdes, quería ir conmigo. Me enfadó, porque había pasado todo el día pensando en Betty y en Susana. Pero fui a buscarle. Lo que me molestó fue que corrí hasta su casa, y estaba viendo la televisión con su madre y sus sobrinos. Fue aquel ambiente, como si yo estuviese allí porque era mi novia. Cuando hablaba con Lourdes me decía que era mi amiga, yo creo que más bien el problema comenzaba en su madre y en todos los de su alrededor. Ayer fui al 2000, el tercer sitio donde estarían ellas, y las encontré, pero me dijeron que no. Toda la tarde Bety bailó alguna, pero Susana no.
  Casi al final tocaron dos lentas y conseguí bailar una con cada una. Bety me dijo que estaba molida por los días de fiesta. "¿No me lo podías haber dicho antes?, le pregunté. Y también se la hice a Susana. Eso me gustó, ya me conocen un poco más. Y me marché.