por quien conocí la inocencia del amor. Me gusta esto.
Voy a ver si mañana se lo leo a Loli. Hoy debí regar ocho o nueve veces al día.
Viendo una película, ésta de la noche, dos amigas que tuvieron que separarse, y
luego una vio a la otra en un hospital con toda la cabeza vendada. Quería coger
su mano y lo hacía muy lentamente.
Cuando ves partir a esa amiga que tanto has
querido, cuando te sientes testigo de su partida, el tiempo va a ser tu
distancia, cuando todo va a clamar la más profunda y solitaria hora, sólo son
recuerdos y si no confías, cuando todo vuelve a ser antiguo, sientes que se
pierde la dirección de tu existencia, ese algo que no conoces, nunca lo
conocerás, pero tienes que acostumbrarte a su compañía, simplemente porque no
hay otra. No puedes elegir, tienes que aceptar aunque no quieras. Sientes que
tu voluntad siempre ha sido esclava. Tú la ves alejarse, y vas a sentir todos
esos pensamientos que nunca has considerado verdad para ti. Todos están ahora,
eran verdad. Ahora cambian pero no están en tu mano. Y empiezas a preguntarte
si alguna vez has sido sincero para ella, si alguna vez has sido válido para
todas esas palabras que tú creías verdaderas. Sus movimientos son pausados,
todos parecen escritos en el tiempo que se mueve a tu alrededor y él parece
indestructible.
Y te preguntas por qué, si un día a su lado te
habías creído capaz de superar todos los obstáculos. Ella se va despacio, no
sabes qué te quiere hacer pensar porque tú ya no comprendes lo que te pasa. No
es algo tuyo, pero su amanecer está en la muerte y se ha vuelto más limpio
entre tú y ella. Ya no vuelve, se acabó la distancia, ya no puedes esperar en
esa lentitud. Y tus movimientos, tus miradas, ya jamás podrán encontrarla. ¿Qué
quieres que te diga?. Y esa vuelta tomará muchas perspectivas. Sigues siendo
tú.
Son las cinco de la mañana. No puedo dormir.
Por eso tengo ganas de venir a hablar un rato. Todo está tranquilo. Pero dejé
la puerta abierta. Tengo miedo que se haya despertado mi madre. El otro domingo
también me desperté (no, creo que fue el día que se iba a ir a Vigo) a esta
hora, y por la mañana se lo dije. “Ya lo sé. Te oí”. Sólo se oyen ruidos y
todos ellos sospechosos. Se oyen también por allí, y el del papel también, no es
mucho, pero con atención se oye.
Estaba pensando en cerrar la puerta,
simulando que voy al baño, pero me dejo en manos de la suerte. No puede estar
despierta. Sigo siendo un gandul. No quiero dejar de escribir. Viendo todo lo
maravilloso que me viene encima. Fui a Vilariño, me iba a colocar atrás, como
siempre, allí en una esquina, pero Teresa me dijo que fuera con ellos para
adelante. Creo que me gustó mucho ese algo que le impulsó a decírmelo.
Voy a ir siempre porque Sor Gemma me da un beso
en la paz y, como era de esperar, se lo di a Teresa. Me gustó, allí también me
sentí libre para sonreír cuanto quisiera y hablar también. Fue Susana, al
principio me enfadé por no llevarle la cadena, pero le di el teléfono y me
llamará el viernes. Mónica y (no recuerdo el nombre de la otra) no picaron en
el cumpleaños. Fue Lourdes, iré a verle esta tarde.
Fue fabuloso, ¿no?. Hablé un rato con Loli y
Bibiana me dará un beso por mi cumple. Los únicos momentos cuando estoy
tranquilo es cuando le oigo hacer algo en concreto: fregar, hablar por
teléfono. Ahora no tengo que regar, pero me dio pena cuando vi las flores de
enfrente que yo iba cuidando. Hoy cogí el autobús porque lloviznaba un poco.
Sólo me quedan doscientas. Me iba a afeitar hoy pero no tengo ganas. Pensándolo
bien, estoy lunes y martes, miércoles y jueves, para afeitarme esa tarde y el
viernes estar listo. Había aquí tirada una cadena de la muñeca y la cogí. Me
mandó ir a coger las manzanas y fui, no puedo estar con ella. Subió, yo hice
que buscaba el espejo, lo buscaba: “No llevas más” plim plam y el sermón, así
que, en cuento lo dijo, me fui. La cama tiene la tabla, unos libros y algo más.
Pues si, desde hace más de tres meses. Ahora es cuando menos deseo sus
regalos.”Dinero, yo le regalo dinero y a él le gusta”. ¡Ah, si! (con la boca
abierta) ¿para qué?. Me molesta que vaya a cerrarlas, pero antes se lo pregunté
y me dijo: No, voy yo; que me lo diga, ¿no?. Pues no se lo pregunté otra vez y
me molesta que otra en su situación, se lo preguntaría. No entiendo que piense
esto. Ya cogió Mariora una manzana, me fui para el baño, aunque pensaba ir al
sótano (decirlo al menos) cuando salí de la cocina. Bueno, puedo estar todo
tranquilo. Cuando recogía manzanas, pensaba: Lo que pasa es que ya me he
desencarrilado.
ME HE TOMADO ALGUNA LICENCIA QUE ESPERO CONSIDERES:
ResponderEliminarFue por ti que conocí la inocencia del amor.
Cuando ves partir a ese amigo que tanto has querido, cuando te sientes testigo de su partida, el tiempo es la distancia. Todo clama la más profunda y solitaria hora. Son los recuerdos.
Cuando todo vuelve a ser antiguo se pierde la noción de la existencia. Ese algo que no conoces, nunca lo conocerás.
Sientes que tu voluntad ha sido esclava, por todos esos pensamientos que nunca has considerado.
No está en tu mano. Y empiezas a preguntarte si alguna vez has sido sincero.
Ya no comprendes lo que te pasa. El amanecer se ha vuelto limpio, aunque las miradas jamás podrán encontrarse.
Cada palabra, cada frase... todas desempeñan una función espacial dentro del contexto en el que se desarrolla la acción y de ella seguro que se pueden sacar miles de combinaciones y poesías preciosas, pero la base de donde parten es la libertad que se siente en el alma, algo que nos permite ser los auténticos dueños de todo lo que nos sucede. Y eso ocurre porque la palabra no sólo comprende el momento en que ha sido dicha o escrita, sino que abarca mucho más. Y esto lo digo porque cuando leí lo que habías escrito tú me pareció dferente
ResponderEliminarDiferente o deferente, te entiendo. Son frases sacadas del contexto y llevadas a la especulación. Frases que tienen un significado propio y su propia belleza. Que yo proceda como un simple ladrón, hilador o sastre de costuras imprecisas, no significa nada si obviamos nutrimos de alguna nueva percepción. Tu relato puede resultar un tanto anodino, pues parte de una experiencia muy particular, muy personal, a la que no siempre estamos predispuestos (en la poesía se encuentra tu verdadero talento) . Yo, personalmente, disfruto estrujando las uvas, fermentando el mosto y emborrachándome de un buen caldo. No te quito tu libertad, simplemente me la otorgo.
ResponderEliminarYo, como alma libre para la que cada palabra es un tesoro, estoy de acuerdo en que la poesía siempre fue la senda en la que me mostraba tal como era: desnudo; pero a veces esa poesía necesita un cambio de rumbo, un sentido nuevo que le haga ver múltiples ventanas abiertas. Y es entonces cuando necesitas explorar nuevos caminos, otros senderos por los que llegar a la misma meta. Y eso fue lo que hice: meterme en un contexto que me permitiera expansionar la mente y traducirla en mi interior. Te puede sorprender, pero toda evolución lleva su tiempo: no se le puede juzgar por ello.
ResponderEliminarSer sastre de pequeños retazos de tela hasta llegar a componer con todos ellos un fabuloso mantel de mil colores es un don que no todos tienen
¡Tú hilas muy fino! La seda sale de tu boca como capullos de mariposa dispuesta a enhebrar la belleza del alma. Mi comentario guardaba una actitud bastante crítica pero le diste la vuelta con tu personalidad bienhechora (tenías un remiendo adecuado para mi maltrecho vestido). Te invito a que pruebes a componer ese mantel fabuloso por ti mismo. Es imprescindible el cambio. No te juzgo porque tus escritos conduzcan a una necesaria evolución mental, lo que ocurre es que el diario de nuestras intimidades no siempre nos representa literariamente (parte del mundo nunca necesitará conocer la fuente de nuestra interioridad). Yo, que te conozco, sé que eres fiel a ti mismo (eres el poeta fidedigno, cuya identidad y pureza es manifiesta). Estoy esperando esos nuevos versos que nos regalará tu inspiración.
ResponderEliminarBrillantes imágenes las tuyas, Raúl, ojalá tuviera yo esa facilidad de expresión. Es un halago para mí que en ellas nombres la palabra "alma", supongo que es a donde me ha llevado esa evolución de la que me hablas.
ResponderEliminarEs verdad, desde que empecé a escribir siempre estaba buscando una identidad, un nexo sobre el cual rotara todo lo que escribía: siempre un por qué, siempre un algo más que me impulsara a descubrir nuevos horizontes a través de las palabras. Yo escribía sentimientos, pero en realidad era un espíritu el que se dejaba ver a través de ellos. La realidad me estaba enseñando a buscar el camino, aunque yo me dejaba arrastrar por otros y era incapaz de mirar más allá. Y ahora entiendo muchas cosas que me decíais tú y José en Baiona, pero al igual que la fruta más jugosa es la que germina más lentamente, así me ha pasado a mí.