Y también la convivencia. ¿no crees?. Pily
va a ir. Y Lupe. Tienen que ir. Y volverás a escribirles. Mañana o pasado ya
tienen la carta allí. Tú ya la has enviado. No te debe importar cuándo llegará,
pues sabes que así tendrá que ser, pero me parece que tu sentimiento no está
conmigo en estos instantes. Él fue guardadito en aquel recuerdo. Iba viniendo
de todas las palabras que cruzaban aquel vacío, contándose una más en ellas,
tal vez el más hermoso. Cuando abra tu recuerdo, cuando llegue a ella para liberar
tu nombre de la oscuridad te encontrará a ti. Pero ya no sabrás qué decir, pues
te habrás quedado mudo. Pero no importa, porque sabes que tu presencia vale más
que mil palabras y allí estaréis reunidos tú y ellas. Tú para darle sentido a
cada sonrisa que emane de aquel diálogo y ellas dirá, quién eres tú.
Ya va pasando el tiempo, ¿no crees?. Son y
veinticinco. Contigo se hace más corto. Van a pensar que eres un escribano,
siempre escribiendo. Me gustaría que alguna viniese por aquí. Me sorprendió lo que
me pedía Pily, quería un hijo. ¡Qué ridículo!, ¿no?. Me voy a tener que poner
en serio. Sólo puedo pensar en lo que bailaré mañana. Llega en un momento en
que me parece que pierde ella. De todas formas, mañana no quiero pensar en
ello. Me afeitaré luego y me lavaré la cabeza. Bueno, ya está en postura de que
le empiece a poner las cosas claras. Es demasiado ilusionista. Dice Humberto
que yo tuve la culpa, por darle ilusiones. No, no lo creo, se lo dije “¿qué es
esto?, ¿es que va a ser mi pesadilla?. Yo no le quiero, no sé qué es eso.
Bueno, mañana será otro día. No creo que sea bueno el decírselo así seco, pero
tampoco va a estar bien el explicárselo, pues va a ser como Lourdes. Me gusta
quererles a todas. Ya sé lo que pienso contestarle a Pily. La verdad. Referirle
lo que me dijo Sito el primer día de que sólo buscaba pasar unos meses, pero
sin decirle que fue él y un beso, para mí, siempre es de amigos, no le dije que
se lo daba con otra intención.
Ya llegó el día, ¿no te parece?. No quería
sentarme a escribir porque hace un frío que pela, pero no pasó Felipe y tengo
que hablar con alguien. Si le causé daño a Pily me da igual, fue ella quien se
lo causó a sí misma. Le echaré la culpa a Sito. Si, él es el culpable. De
broma, claro. Pily tiene muchos sueños. ¡Claro!, ella lo vio todo liso. No
puedo entenderlo. Bueno, nada, hoy no estamos para preocupaciones. Me gustaría
haberle pedido a Felipe una cinta. Bueno, da igual. Quico tampoco me la dejó.
Bueno.
- Llevas tú dos, ¿no?. Una un poco mal grabada,
pero ¿qué importa?. Ese poco del corazón “te quiero” lo tienes tú. No pienses
en Pily. Ya te dijeron que le ibas a hacer daño.
- Pasó una señora aquí, a lado, y me miró
sorprendida.
- Bueno, hoy bailarás con Bego, Loli y Pily,
tres con las que no bailaste la otra vez.. Piensa que ahí está la melodía que
tanto deseas. Así que no te sentirás solo. Me dijiste esta mañana que el
problema que se te presentaba ahora es que tienes que responder un poco por
todos. ¿no?. Tú entraste de nuevo, todos si quieres y tú dañaste a una.
- No creo, me parece que si les digo a todos la
idea de tener un niño mío, se mueren de risa. Y no es por mis padres. Bueno, un
poco si.
- No, no digas eso. La verdad es que ni yo me
puedo hacer idea de eso.
- No es por que tenga miedo, pienso que todavía
queda mucho que hablar sobre el asunto.
- Hace un rato una chica pasó. Te gustó,
¿verdad?.
- Si, tú ya lo sabes. Creo que lo
preguntas para fastidiarme.
No creas, yo sé por qué lo haces así, y me
gusta. Ya son las nueve, queda menos para que vengan ellos.
- Pues a ver, ¿no?. Tengo interés en saber si
has roto algo de la bolsa. Hacía unos ruidos de cristal, o eran tal vez los
cubiertos.
- No sé, ya me parece que va amainando el frío. Una
cosa es desnudarse con…, pero no le veo motivo, pero otra es tener un hijo. Yo
sé que lo hace para atarme. Pues lo tiene claro. Me pregunté antes si le
quería, no sé, pero tanto para desligarla de las demás amigas, no. Ni pensarlo,
no me considero en la edad para volverme loco. Quien me preocupa es ella.
Bueno, yo tengo más facilidad para convencerle que los demás.
- ¿Sabes?. Me gustaría saber cómo acabará la
historia. Ya veo que ella es distinta. Con ella no vale decir “mañana le veo” o
“dejo para mañana”, como tú muy bien me apuntaste.
- Bueno, me gustaría que hablase con ella Mayte.
Seguro que también lo considera una barbaridad. Claro que me gustaba darle un
beso, incluso como yo creía en la boca, pero seguía siendo un beso de amigos.
Ahora entiendo lo que en el fondo quería Lourdes. Pues si me lo llega a decir
ella la tenía más clara. ¿Es que no lo saben comprender?. Bueno, Lourdes porque
tenía allí la madre para decirle que no, pero Pily ya colmó el vaso.
Y ahora a esperar que lleguen. ¿Recuerdas lo
que yo te dije desde “Claro…”?. Creo que así podrá entenderlo. Bueno, nada,
marchó ese señor, pero al menos estiraste un poco las piernas, ¿no?.... que ya
van a empezar a pasar los niños del colegio.
- Bueno, aún falta un poco, son y veinte. La
mano sigue fría, ¿eh?.
- ¡Bah!, me la calientan.
- Hoy no te preocupes, que no cogerás el coche
de las diez, se lo cree ella. A lo mejor termina antes. Ayer jugué otra vez con
los niños. Calla, pasó Lupe.
- Contento, ¿no?.
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