¿Por qué no
puedo acercarme
a
las marismas de tu vida
y pones ante
mí impedimentos
y me haces titubar?...
¿o después
me desbaratas
con la
estirpe de tus miedos
y hay un
rumor continuo
que ya no me deja hablar?.
¿Y por qué me
llamas incienso
cuando sabes
que soy…
la maldad?