Si no
entiendes mi poesía no duermas con ella,
si no
entiendes mi fortuna no juzgues a mi espalda:
yo nunca te
he juzgado a ti y pudiera hacerlo
porque nadie me ha quitado la
palabra.
Atravieso
con mi celo tu cuerpo infinito
y con silencio atravieso tu blanca mirada,
si no
entiendes mi poesía no duermas conmigo
porque está
compuesta de dudas y llagas.