Ni siquiera sé quién eres,
pero
sin conocerte te veo.
Te veo
en los espejos de mi mente
despertando los rincones ocultos de mis deseos,
mientras mis ojos no alcanzan a descubrirte.
Ni tus miradas, ni tus sonrisas.
Ni tus lágrimas, ni tus gestos.
Ni
siquiera sé quién eres,
pero sin conocerte te veo.
Te veo en mis noches de insomnio
cuando pasan los segundos, los minutos, las horas,
y la noche se hace eterna.
Ni mis lamentos, ni mis temores.
Ni mis locuras, ni mis pasiones.
Ni siquiera sé quién eres,
pero sin conocerte te veo.
Y deseo ver tus miradas, tus sonrisas, tus lágrimas
y tus gestos.
Y que tú veas mis lamentos, mis temores, mis locuras
y mis pasiones.
Deseo
que aunque no sepas quien soy,
tú también puedas verme.
Es difícil tener una idea del poeta o de la obra en un único poema. Un solo poema puede decir mucho o nada de nosotros. Es posible que haya poetas que solamente tengan un poema irrepetible dentro de una maraña de poesía (obra menor). O poetas de una obra trabajada cuyo verso pueda quedar desdibujado sino tenemos una idea profusa del conjunto. En definitiva deberías publicar algo más para poderte dar una apreciación.
ResponderEliminarPara los ojos del crítico un poema no es insuficiente, para los ojos del ser ávido de conocimiento un poema basta, porque en él no ve a un sólo poeta. Estoy de acuerdo contigo de las obras y su trabajo y de que muchas veces es necesario un tercer ojo, pero también ese tercer ojo podría pasar por alto detalles que para el poeta serían importantes
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