
Una historia en la mirada que callo como un secreto,
al son de una pandereta bailo una danza maldita,
descalza, siempre descalza, sin tierra, ni hogar, ni patria;
un fuego que me calienta, una estrella que me guía,
el abrazo de la tierra, la madre tierra consuela,
y el cielo acuna mi llanto.
Nómada en mi propia vida, como carga a las espaldas,
Nómada en mi propia vida, como carga a las espaldas,
mojando en vino la risa, secando la pena al sol.
La risa mojada en vino debe ser tan rica como la leche mojada en pan. Torrijas de vino tinto, dulces como labios manchados en sangría.
ResponderEliminar