Nací sin esperar la vida,
estoy viviendo sin aguardar la muerte…
y disfruto de cada instante que roza mi
piel y me hace sentir vivo
más y más.
Nací sin conocer el nombre
ni quién era, en una urna de cristal y
cera nací
y a ella sé que volveré… con las manos
vacías
y el sueño cumplido.
Pero lo más importante ha sido nacer… todo
lo demás
me lo ha enseñado el tiempo,
sólo el tiempo.
Nací sin cuerpo, sin sueños, sin mundo…
nací
porque la mejor manera de nacer es
enfrentarse a todo.
Nací sin cargas, valiente…
libre;
aquí estoy, desconozco lo que el mundo me
señala más allá
de la puerta,
que se aferrará a mí para rasgar la luna
de mis ojos,
pero será un sueño estar aquí, con él…
naciendo
como él nace, sintiendo el calor de sus
dedos
sobre mí.
Nací sin esperar nada, sólo amando,
porque sé que lo que estoy amando me
servirá ante la gruta del mundo
y su destino.
Como un desafío, como un más allá entre
las hojas de un bosque,
de un frondoso bosque…
que me servirán de ausencia y de tálamo.
Aquí estoy, leedme, aunque esto no es lo
importante:
lo más importante
habrá sido nacer.
2009