Tres filtros
comparten el mundo: el que
tú ves,
desde el que tú ves
y desde el que veo yo; tres
filtros que son inciertos
pero semejantes.
Los tres tienen razón…
enmascaran la realidad.
Me coloqué lentes
para verte de cerca, sin
pensar que tú me mirabas a mí
en la misma medida.
Me coloqué lentes para
redescubrir el mundo,
para reencontrarme con él.
Pero no me pertenecía.
Yo no juzgo,
pero soy corresponsable de
lo que tú juzgas
y de lo que me haces juzgar
con ello.
Quiero escaparte, pero no
puedo
porque con ello te juzgo.