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Con estas palabras os doy la bienvenida y mi mayor agradecimiento a vosotros que sois los que hacéis posible que este blog se mantenga activo y vaya renovándolo cada poco tiempo. Mi deseo es que el contenido de este blog os aporte diferentes emociones y sentimientos. Un abrazo cariñoso también a todos los que estáis ahí y formáis parte de esta poesía y a todos los que quieren también formar parte de ella, a las nuevas incorporaciones: un abrazo de bienvenida a todos ellos



sábado, 12 de abril de 2014

Ella consiguió recordarme







Ella consiguió recordarme
lo mejor del hoy en que vivo:
recordármelo por esa ilusión de soñar,
por esa ilusión de esperar…
que la luz baja todos los días a visitar muestro camino.

Consiguió recordarme
lo que tanto quería: será la primera estrella amanecida en este amor,

                          la pregonera más delicada de nuestra esperanza.

Que no te toque




¡Que no te toque
noche, ni el agua,
ni el viento.

Que sólo te alcance
mi voz, mis suspiros
y mis besos.

Que sigas siendo luz,
nácar herido,
tierra de besos.

Fuente profunda,
donde ahogan
como ocaso mis deseos.


Son momentos

Son momentos
en que intento darle un sentido
a lo que me rodea,
pero hay veces
en que ese sentido pierde su validez
o es fruto del tedio,
de un sinsabor extraño.

Creo que todo ayuda a regar ese tedio en mí
y a recordarme que fue la misma vida
quien me lo enseñó.
De nada vale decir:
“ya lo he conseguido”
y cambiar de repente a un nuevo modo de vivir.

No se puede concebir
que el alma no se equivoque
cuando busca el momento que saciará su sed.
El hambre de su entorno,
un mirador confuso
guiado por extrañas siluetas que bailan constantemente,
cuando tan cerca parece el viento
de todas tus palabras.

Palabras sin aliento tal vez,
                                                                         sin forma…

                                                         solamente pequeños detalles.


Para mí bastas tú




Para mí bastas tú,
para mi sed tu savia,
para mi sal tu carne.

Para mis noches tu piel,
para mi frío tus pechos,
para mis ansias tu vientre.

Para mis labios tu boca,
para mi sangre tu sangre
y para mi ser tu cuerpo.

Arena donde reviento,
duna para mi espuma,

nido donde el deseo arde.


ROSA PROFETICA



Una especie de huracán
trajo a mi alma
una tormenta de besos,
un torbellino de caricias,
un nuevo roce de labios
y un mordisquito de pechos.

La noche,
que no estaba preparada
para nuestro encuentro
derramó gotas de lirios
que desprendieron el follaje
de mis llanuras.
Ignorando la sentencia
de unas manos sangrientas
que se dieron a la fuga
en tierras extrañas,
frías y desoladas.

Detrás de sus ansias
caminaban los Hados implacables,
arrastrados por los vientos salvajes
que llegaban al nido vacío
huérfano de la boca profética.

Ni siquiera
las sombras de la noche
me alejaban del castigo de la muerte,
terrible turbación se volvió
fuego y relámpago.

Se oyó la señal
que anunciaba el principio
de una guerra subterránea.

Las notas de una música
que maldecían los dioses
agitaban el aire de mis entrañas,
excitaban la piel de mi boca,
haciendo latir mis labios
con sensaciones indefinibles
que estrangulaban mi silencio
en lo profundo.

Enloquecí en el fuego
de una lengua soberbia,
en el estrépito de un rayo fugaz,
en el deseo de un huracán
que te trajo en mi delirio
arrastrándote como serpiente rival
que no se deja vencer
en las leyes sagradas
de lo prohibido.


(27-NOV-2011)


La luna se fijó hace tiempo





La luna se fijó hace tiempo
y no pudo arrebatarle el corazón.
El pensar a veces es bueno:
pensar que puede hacerse realidad,
que vives en un sueño en el que te aguarda todavía,
que se quedó contigo,
que tiene el manto de la realidad que tanto hemos deseado.

No hay afuera, todo es interior
para ese infinito que hemos deseado remover
en nuestra dicha.


Pienso mucho en el viernes.

”. Si alguien me diera una respuesta, no tendría yo que pedirlo, pero ya ves: me siento indeciso. Humberto es un gran chico, me gusta hablar con él. Es esta intranquilidad, esta duda, es éste no saber qué pasará mañana el que me hace estar ahí, en un vértigo, un temor a no ser reconocido cuando despierte el día.
  El camino puede estar claro, pero yo sólo veo dudas: dudas y más dudas. Y ese no saber me hace preguntar cosas que tal vez en la calma comprenda, pero que hoy sólo siento pesadumbre: pesadumbre y dolor. Y yo pregunto: “¿Hasta cuándo?” y me sumerjo más en el olvido, un olvido rancio, sonrisas que sonríen sin compás ni armonía. Me olvido de convivir, soy pasto del olvido que se hunde en mí. Pero sigo sin saber qué pasará mañana, qué será de mí en sus fauces. No sé qué decir, pierdo el control de todos estos días felices y siento que se van. Sólo me queda la miseria: la miseria más profunda y a su lado la única canción que pude aprender.
  Llega la noche. Si, todos los días. Pero es otra cosa si está ella a mi lado. Porque sabe cuándo quiero pedirle algo y mis labios llevar guardada la semilla de su presencia entre los aires. Ahora saben sobre todo presentar nuevas miradas, soplarle al aire, infundirle su calor. Ahora saben de verdad qué puede ser el día de mañana para ellos. Iba a ver si continuaba esto hasta el final…
  No lo creas, te presentará qué es lo que quiere para un nuevo día. Y verás que allí también se respirar el aire de esa presencia nueva,
De toda esa dicha que un día le condujo a su lado. Allí también estoy y ahora es toda una vida la que comienza. Di que hay esperanza, tú compañera, ella te la presentó un día.
  Estaba viendo aquello de la revista, pero prefiero venir al baño y escribir. Ya te dije que me gustaba Begoña, ahora Loli y Pily… todas; aunque parezca quedarme con las dos primeras. No sé si lo que quiere Begoña es darme celos. Yo no lo veo, pero será más cuando alguna me eche el brazo al cuello. Y no sé, me estoy metiendo en un  barril sin fondo, ¿no crees?. Y creo que mi salida le va a estropear a alguien, aunque sigo dándole vueltas en la cabeza a esa idea de irles convenciendo poco a poco.
 Ayúdame a saber por dónde empezar.

- ¿No es así como querías sentirte?, ¿por qué ahora lo niegas?.
-  No, hombre, no lo niego. Es que siempre me consideré de otra manera y sé lo que significó ilusionarme de Finita allí en Murcia.
Aquel callarme me hizo sufrir a mí, pero me parece que si no fuera de este modo haría sufrir a otros.
  Bueno, ya se rieron ella y Victoria, no sé si había alguna más en la aula de octavo cuando estábamos ella y yo y Vicky me lo preguntó. Bueno, estaba equivocado, pero me gustaría haberlo reconocido allí.
  No, no me recuerdes el daño que le puedo causar a Pily, ya lo sé… pero no entiendo muchas veces por qué me quedo pensando en lo que ella me dijo. Di que sólo es para unos meses, yo se lo contaría a Loli: en un recreo le digo: “Ven a dar una vuelta” diciéndole el por qué y se lo digo, ¿tú qué crees?. Ya te diré si lo intento.
- Ahora voy a acostarme, pues hace frío. Ahora ya sabes o lo supones quizás, quién podemos. Pues supóntelo…Y no digas “podemos” sino “puedes”. Yo estaré siempre contigo, es verdad, pero debes empezar a ser tú.
   Tal vez lo último que recordé hacer en mi casa, ya que la libreta la tenía aquí, era traer los poemas para pasarlos, pero sólo encontré tres. Los demás a ver si recuerdo buscarlos esta tarde. También me viene a la mente el decírtelos a ti, dejarlos como están. No sabría, seguir creciendo mi corazón es como algo que me impide dejarle aprovechar la vida.
  Yo me sentiré culpable al cortársela, ella quiere mostrarme todo cuanto puede aprender en otras vidas, en otras ocasiones soñadas. Ella quiere decirme qué fue lo que visitó, qué fue lo que aprovechó en aquellos instantes libres. Ella va hallando pequeños pedacitos de amor y los configura todos para que lleguen a ti en los mismos instantes en que tú sientas necesitar de ellos.
  Por ti, sólo por ti ahora corre al encuentro de su amado. Y te va hablando poco a poco de él, para que también tú te sientas feliz.
La palabra “amor” me secuestra, me invade, pide algo de mí y yo quiero dárselo siempre con todas las fuerzas de que disponga. Porque primero son las palabras que se desarrollan por sí mismas en el alma, primero son esas imágenes tan delicadas para cuidar. Luego llega la vida y te quiere a ti en ella para que le muestres todo lo que ha llegado a tus labios, quiere saber un poco que tú también has ido creciendo en ella y puede tenerte, amarte y cuidarle como la semilla soñada de sus entrañas. No le digas que estás indispuesto. Te encontrarás con ella.


  ¿Viste?, hoy me gustó. Porque te estuve escribiendo toda la mañana. Toda esa maña femenina para decir sus cosas, se fue al cuerno esta mañana. Pily quiso hablar conmigo y me dijo que ella le había dicho, Loli, que no se hiciese ilusiones. Y le enfadó. Pude tranquilizarle diciendo que se refería a si yo me fuese, pero tengo la ayuda de que no se enfada conmigo. Bueno, pero ahora viene otro lío porque hoy me puse a pensar en aquella frase que dice: “si le retienes, se te irá y ya no volverás a verle

miércoles, 2 de abril de 2014

Podía continuar,



 pero si continúo creo que llegaré a estropearla. Y el gran secreto de nuestro camino… en tus manos. No hay miradas que puedan estropear tu compañía. Y si las hay, tú me enseñaste a destruirlas con una sonrisa.

  Vuelve el viento a llevar su cauce: vuelve a mí, se lleva los sueños. Y ellos tienen la fuerza para posarse en cualquier lugar. Lugares donde ven llanura, lugares donde pudieran ver sequedad y hambre… Para sembrar unas flores que no necesitan el agua para crecer. Amor, sólo amor… y esa compañía de algo que está descendiendo a pasos agigantados. Es ese algo que va visitando allí donde hace falta y luego volverá a uno.

  ¿Sabes?, eso de ponerles números a las novias es genial. Si con todas las que me gusta bailar lo quisieran ser, ¿te imaginas?. Ahora, cuando esté con Ana, le podré sacar ese tema fácilmente y charlar con ella un rato, ¿qué te parece?. No, ya sé lo que voy a decir: lo tengo, ya sabes cómo soy. Hablar un rato, y más de lo que me atrae, sabes que es verdaderamente lo que me gusta. Vi también a las de Sabarís, pero no pude hacerlas colaborar en aquella sonrisa.

  No te pude escribir esperando en Vigo, porque se me había acabado el bolígrafo. Tengo aquí la hoja donde te empecé a escribir y voy a seguir con la que empecé porque me parece más espontánea. No fue Pily, ¿sabes?, lo cierto es que no lo sé. Sabía que era un R-5, pasaron dos entre el banco y el supermercado, no me fijé muy bien en ellos.  Primero me puse un poco intranquilo mientras esperaba. Después me decía: “Te espero hasta las siete ¿eh?, si no voy allí que empieza a hacer frío”. Y si es un coche de ésos, pues ya le veré dentro. Vi a Mari Carmen, le dije que ya le vería después y entré.

  Fue fenomenal, oye. Vi a Betty y bailó, con Mari Carmen y bailó, con Angelines y también la bajita regordeta: es muy cariñosa, me gusta estar con ella. Convencerle… y luego que no, aunque siempre termina bailando. Le señalé a Betty o a Mari Carmen que estaban bailando y me dijo: “Me pides a mí porque a ellas no puedes”. Alguna vez no pude bailar aunque quise. Fui a buscar a Ana, aunque no me acuerdo si bailó.  Le pedí a Paz y me dijo que no, supongo que por estar enfadada con Loli. No sabía si había venido y no insistí. Luego le vi a Loli, bailé en la pista pequeña, aunque ya había alguien con ella. Me dio rabia que le diese un beso a Betty cuando se la presenté, pero ya sabes que son detalles que me agradan. Invité a Loli y siguió bailando.  Quedamos en que el próximo día vendría a recogerme, pero ya hablaré con ella.
  Lo que me pareció mal fue hoy: aquel señor barniza unos palos y me puede barnizar los cestos. Yo me animé, ya sabes ella. Pero los barniza con la lengua (no sabía qué tipo de minusvalía tenía), porque para barnizarlos yo y que cada dos por tres me entretenga, un rábano. Le gusta mucho decir no a todo, incluso antes de conocerle.
  .
  Le gané a Humberto, bueno, mañana jugamos al ajedrez. Hoy no fue Pily, me extrañó. Y tanta ilusión en que tenía en que me diesen un beso el viernes, voy a tener que desecharlo. Bueno, tal vez Mayte, yo quisiera decirles que el que les pregunte ahora y me digan si o no es una parte de la sinceridad.
  La canción de España ya la aprendí, y sólo el viernes y el domingo. Jo, no sé qué pensar, me gusta ir andar pero puedo hartarme. Llovió toda la mañana y la tarde de ayer. Subí con Loli del pueblo para llevarle a casa y llovía. Ya no cojeaba tanto. Paré en mi casa para decir que le acompañaba. “Una chica a estas horas” me dijeron, pero no pasó nada.
  Saqué dos chaquetones de lluvia y le acompañé. No quiero pensar en ese beso de las chicas de Vigo, pero no puedo olvidarlo.

  No sé qué pasará, hoy ya me desahogué un poco hablando con el señor. Pienso en ellas y me digo “si”, pero me siento a su lado y ya es una ilusión que se destruye sin una simple razón o un por qué: parecen disolverse en el aire, un aire sin retorno. Me gusta quererles, pero también querría un mañana más dichoso. Puede serlo y yo olvidaré, pero hoy me duele no haberlo comprendido del todo.
  También aquí noto la falta de ese algo mío que no ha llegado a florecer. Les gustaron los espejos, hasta me pidieron algunos. Me voy corriendo hacia atrás con la mesa. Abrí una cortina y quiero que la luz me dé bien, me voy a estropear la vista.

  El señor me dijo que ellas pensaban perder la virginidad: pues sigo sin entenderlo. Comprendió lo que es el beso de amigos, la primera a quien se lo di fue a Mayte, por eso te la nombré antes. No pienso llamar a Pily, así que me llame ella el viernes. ¿Sabes a quien encontré en el 2000?. A Ángeles, la chica de Panjón. Le quise preguntar si me había querido, pero sólo pude decirle que me bastaba con que se acordase de mí un poquito.
  La hermana de Begoña también es muy cariñosa, me pidió el espejo de la chica, el primero. Será volver a buscar a Sabarís. Jo, pensé que Begoña, la del autobús se había enfadado conmigo. Era el santo de Tere y Asun le dio un beso, así que me metí. Al final me dijo Begoña: “Hace tiempo te pedí la cinta de S. Wonder… se la dejé. Antes de buscar el espejo quiero escribir.
La verdad es que daría cuanto pudiese por ver sonreír a la hermana de Begoña. Mi mejor regalo será el espejo.
  No sabía decidirme por una y no sé qué hacer para darles felicidad a todas. “Me acompañas hasta el estanco”, me dijo; puede ser una idea. No hay sol para buscarlo, veré en la habitación. El señor, no recuerdo su nombre, se lo preguntaré, se puso a hacer un cesto conmigo, creo que le gusta. Quedó allí, mañana sigue. Espero que no sean sólo unos meses, me opondré.