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Con estas palabras os doy la bienvenida y mi mayor agradecimiento a vosotros que sois los que hacéis posible que este blog se mantenga activo y vaya renovándolo cada poco tiempo. Mi deseo es que el contenido de este blog os aporte diferentes emociones y sentimientos. Un abrazo cariñoso también a todos los que estáis ahí y formáis parte de esta poesía y a todos los que quieren también formar parte de ella, a las nuevas incorporaciones: un abrazo de bienvenida a todos ellos



jueves, 24 de noviembre de 2011

Péndulo


 Tic, Tac, Tic, Tac... 
el péndulo del tiempo,
paso a paso, inexorable,
despacio camina.

La voz recorro,
entre luz y penumbra
y mis recuerdos se alejan
por el camino andado.

  Cada paso que avanza,
minuto, paso
de la niñez olvidada
a la juventud acabada.

  Camino que recorro
hacia el crepúsculo de la vida,
paso a paso,
suspiro a suspiro.

  Péndulo que no descansas
reposo para ti quisiera,
que ese tic tac
el hombre detuviera.

  Para dar marcha atrás
y desandar lo andado,
reparando ofensas,
pidiendo perdones.

  Repartiendo el amor
que siempre he negado.


Después que el tiempo


 Después que el tiempo se hizo mi tesoro…
                                          y  sus pétalos espinas,                                            
sentí la agonía de un cuerpo tendido en la distancia,
fluyendo de sí mismo.

Después que juzgué sin adentrarme en su reino
y a sus espaldas comprendí
que lo que nos estaba uniendo no era el desierto
sino el ser humano…

hoy regreso a mi entorno de colinas escarpadas
de este mundo
y me hago fuerte al recordar.
Mi pelo se tiñó de blanco
hace ya tiempo y alcanzó el clímax de lo que sus manos sangraban.

Y me hago fuerte al recordar…

                                -2011- 

Hoy volveré a caminar

  Hoy volveré a caminar por las largas avenidas que en un tiempo
forjaron mi infancia…
otra vez tendré que enfrentarme a ellas.

  No caminaré descalzo, no, como un símbolo de entrega,
ni me detendré queriendo simular que estoy decidido 
como nunca.

  Sólo habrá sido un alto en el camino querer prolongar mi decisión,
querer separarme del sendero rutinario… 
sólo un alto en el camino.

Sé que el más allá algunas veces juega conmigo,
pero esto también me enriquece
y me hace disfrutar de cada te quiero y de cada paisaje…
y eso es muy importante para mí.

 Otra vez empezará a girar la rueda del tiempo,
el tiempo del tiempo otra vez.

  Es el equilibrio en que me escondo.

Lo que le duele más es la parte que corresponde al pie.

  
 Espero que se mejore pronto, tendría tantas cosas que decirle si hablara… A veces, acariciándole, le digo que me perdone y él me mira con esa cara de pena, me dan ganas de llorar.
  También el rediocasette de Mariora. No quiere que se lo cojan sin permiso. No sé si se enteraría cuando yo lo cogía y quedaba solo en casa. No quería estropearlo. Malena también lo cogía y Quico. Cuando supe que lo quería con permiso, se lo pedí varias veces. Hoy, cuando bajé del fallado, estaba en la cocina solo y quise ponerlo. Pero llamé a Mariora por todos los sitios: arriba, abajo, dentro, fuera. No respondió. Así que pensé que se había ido.
  Y cogí el aparato con el fin de decírselo después. Más tarde, cuando lo tenía en la habitación, me enteré que estaba en el baño de mis padres. Cuando salió, me chilló: "Lo voy a esconder, ya te dije que no quiero que me lo usen sin permiso". No sé si podré decirle la verdad, en aquel momento no pude. No por que no quisiera, también me daba miedo. El mismo día que ocurrió lo del pato, me señaló otro detalle. Creo que fue ese día por la tarde, que yo estaba enfadado y mi madre me parece que me dijo: Fue en aquel momento. Esto yo nunca lo he entendido, en aquel momento me dijeron: Nunca más al baile, ¿quiere decir que puedo volver?. Me parece que así no entiendo la vida. ¿Quiere decir que la vida es más tranquila simplemente pasando de esos momentos?. Y otra pregunta: si en la mente de la persona está la voluntad de cambiar ¿qué debería hacer?, ¿esos momentos le dejan?. Ese decir "para otra vez procuraré no hacerlo" ¿cómo se puede interpretar así?.
  Fue el miércoles, cuando vino Isabel, que me animó a regar más a menudo. Y lo que siempre pienso es que si ahora mi madre me dice que riegue los tomates en un tono alto, va a destruir parte de lo que consiguió Isabel. Observé un detalle con Quico el otro día, que mi madre le mandó hacer algo y él hizo aquello. Me parece que yo me armo muchas veces el lío porque intento descubrir algo de más allá, o imaginármelo simplemente, y tal vez no puedo responder a las dos cosas. 
Hoy, como es sábado, bajé a Ramallosa a buscar la leche. Después de un rato esperando fui al almacén, pues mi madre estaba allí. Llegué y, como es en un piso más bajo, el aire me parecía más a cerrado y, un poco preocupado, le pregunté: ¿No te afecta el aire de aquí?. Ella me dijo si era distinto. Pero, cuando estuvo sola conmigo, me gritó: ¿Cómo vienes con esa pinta?. Ya te dije que eres feo, encima con esas barbas (del miércoles), y con la camisa abierta con el cuello lleno de pelos.
Le respondí que no importaba, pero me parece que siempre es esa respuesta la que me priva a veces. Ayer noche había que darle de comer a los perros, y Quico no estaba, así que fue Malena. Cuando terminó el programa iba a empezar una película S. Yo la vi un día y fue la que me hizo caer, aturdiéndome. Siempre decía que no la quería ver, pero al final siempre me decía que se estaba muy bien en aquel sillón y acaso me convencía yo mismo y me repetía de que en la cama, sólo en la habitación, es más fácil caer. Pero mi padre dijo: Esta película no es para ti. Creo que aquél fue el camino que siempre había esperado.
Eso me hacía irme, porque en la cama, sólo eran, aunque bastantes, menos que ver la película. Además, ahora ya tengo la base de aquellos cuatro días. Salí de allí y fui por la cocina. Creo que Malena también fue conmigo, el que sí se fue mi padre a decirle a Malena que preparase la comida para los perros. Y yo me paré allí por si Malena quería que le ayudase. Entonces mi padre me vio y dijo: "Ayúdale a Malena". Y cambiando de tono, siguió: "Bueno, eres inútil. Vete a la cama". Yo me dije: Puedes aprovecharte de eso, como puedes hacer… Peno no, me molesta, porque a Quico le tenía ayudado. El jueves regué los pimientos y algo más. Por la noche, el kiwi y lo de abajo. No sé si fue esa noche cuando regué la franja lateral. Y esta mañana volví a regar los pimientos y las fresas, el camino a las gallinas. Lo quiero dividir en cuatro; el camino a las gallinas, la franja, el pozo y lo de abajo, cuando lo de abajo riego los injertos y cuando el pozo riego la franja y el camino que baja del mismo. Y que me aburro, porque llegué a casa y no sé qué puedo hacer ya que da mucho el sol y tengo miedo por la cabeza, voy a contarte algo más.

  El sábado pasado bajé a las nueve y media más o menos con las manzanas. Se las pensaba llevar a Eulogio, al igual que el sábado pasado le llevé seis ciruelas. Así le hacía una visita. El sábado pasado tuve que esperar porque él había salido, esperé cerca de una hora más o menos. Hoy no llevé una camisa con bolsillo, como la vez anterior, llevé el niki blanco y los guardé en los bolsillos. Llegué allí y no estaba, así que fui hacia Belesar, pero al llegar a la cuesta di la vuelta. No había llegado, así que planeé ir a Bayona a ver a Pilar, y me detuve a preguntar por Ramona, que se casó y había ido a Suiza. No les escribo, no sé por qué, pero pienso que ahora tendrán otras preocupaciones. Se había ido hace tres meses. No era antipática la señora que estaba allí.


lunes, 14 de noviembre de 2011

Siempre estás ahí cuando yo te necesito


  Siempre estás ahí cuando yo te necesito     
A veces reñimos, como todos los humanos,
y brotan chispas…que terminan en una mirada,
                                                     una mirada de paz.
Y siempre te escucho,
desde el verde de mi prado…
divina,
ausente.
Y pienso en la suerte que he tenido en conocerte,
lo generosa que ha sido la vida
conmigo…
la naturaleza…
lo sabia que ha sido. Sabía que tu mirada iba a transformarme
para siempre.
Siempre estás ahí cuando yo te necesito.

  Me gusta cuando te abrazo
y sonreímos
y nos decimos te quiero,
escondidos en la brisa de las palabras.
Sólo tú y yo sabemos
lo que fluye dentro de nosotros
en esos instantes. Siempre estás ahí
cuando yo te necesito. Cuando agobiado de caminar
hinco mis pies en el suelo
y pronuncio tu nombre.
Y todo se detiene para mí. Y me siento en tus brazos
y todo se hace de noche
nuevamente.
Siempre estás ahí. Cada sonrisa tuya es tu aura
que penetra en mí,
cada gesto de felicidad,
cada sueño.
Sólo puedo tener palabras dulces
para hablar de ti:
amantes,
serenas.
Porque siempre estás ahí.
Y sólo el silencio nos une.

  A veces cuando no tengo palabras
te miro…
y tú me entiendes. Y veo el universo a través de ti,
ese universo que siento cuando cierro los ojos
y te beso.
Y es que siempre estás ahí… cuando yo te necesito.

                                       -2011-

                                                  

Y sin embargo queda algo


 Y sin embargo queda algo dentro de mi mente que me envuelve del aroma que aspiraba en tu pelo.

  A veces lo busco entre los abismos que parecen devorarme y les digo: "No, que ella está dentro de mí"… y ellos se van, despojados.

  Y es eso lo que me da vida, que necesito aguantar, que no me desestabilicen los sueños, sus imágenes…

  pero a veces los abismos son mayores que yo.
  
  Hoy presentí el desaire de lo oscuro,
de la distancia… hoy se puso contra mí.
Por eso te llamé: te necesitaba…


aunque mi cuerpo estuviera preso de las colinas que configuraban su entorno.

Vino Mariora y también me lo llamó

 Vino Mariora y también me lo llamó cuando lo supo. No sé cómo pude tener esa reacción, aunque sí sé que podía estar haciéndolo por ella. Mirad en qué me he convertido. Llego a preguntarme si en aquel momento pude tener un poco de razón. Me gustaría poder tener la dirección de don José Carvajal, para pedirle consejo. Creo que se lo voy a pedir a Fernanda. Me siento incapaz. Subo al fallado para escribir y el primer sitio donde voy es a ver si hay alguien que me pueda descubrir. Ayer, cuando mi madre me estaba diciendo cosas, en los conejos, creo que pude estar tranquilo porque me puse a pensar en otras cosas. Mi padre salió y dijo que hacía muecas. No era verdad y tuve fuerzas para decírselo. Dijo que cualquier subnormal, adora a la madre. Creo que se refirió a mí, ¿y yo no?.
  Por la tarde vinieron los primos de Ponferrada, no quería estar con nadie. Por la noche pregunté si aquel plato de sopa era para mí. Me senté a tomarlo. Por la tarde había tomado siete u ocho manzanas o más, y no tenía hambre. Terminé la sopa, pero no me quise levantar. Entonces mi madre trajo tres trozos de pollo y patatas. Le dije que no tenía más hambre, a lo que me parece que respondió: "Ésa tampoco es la manera de ponerse". No sé si dijo que aquello ya había pasado, pero lo dio a entender. Y, cuando me gritaban, había pensado: ¿No podía darme un ataque y dejar todo esto?. Mi padre un día dijo, gritando, que no hacía nada, creo que era eso lo que me roía. Al primer momento que me gritó, en los conejos, le respondí: Ya había pensado en matarme. Creo que nunca llegaré a comprender cómo puede ser una amenaza. Ahora me puse a pensar y me dije que me gustaría que mi madre supiese que lo hice por ella. Pero no creo que ésa sea toda la verdad. Hay algo más, un odio, un odio inconsciente, me parece que puede ser a todo. Ahora hablaré con las amigas sólo eso, quiero saber quién duerme conmigo, qué es lo que me pasa. Estoy afuera cortando las ramas de los conejos, siempre pensaba que mamá las quería para colocar encima de lo sembrado, hasta así se lo había dicho a Isabel. Pero ayer me dijo que las cortara; no sé si me indicó empezar por las grandes, pero así lo haré. El sol quema. Debería ponerme el sombrero, sin embargo no quiero hacerlo. Me da igual. Creo que le escribiré a Ana y le pediré ayuda.
  Recuerdo que mi padre decía a veces: "Mira, odio hacia nosotros es lo que sientes". Pero ésa no puede ser la explicación, porque a ellos les quiero, y tú lo sabes. Me parece que es odio hacia todos los problemas, la rabia también se vuelve odio. Lo que me da más asco, es que tuve que fastidiar a un perro para darme cuenta de todo esto. Allí está. Ahora es mi hermano.
  elperro está tumbado, la pata hinchada. Me parece que se la rompí. Va a llamar a un veterinario. Pero llegará tarde. No importa quién sea, me parece que ya no hay nada que hacer. Se contraponen las ideas: hoy descubro una y al rato siguiente descubro que es mentira. No sé si estoy loco. La verdad, creo que no me importaría.

  Ya pasó todo, ya pasaron dos días. Me da pena lo que haya pensado Pily de mí: unai definición sólo son tres palabras. Lo que me da asco es que haya llegado a este punto. Siempre me pregunto por qué y sigo teniendo miedo por lo que puede pasar, si aquello se podía haber solucionado sin que le hiciese daño al perro. Me porté como un salvaje. Y hasta me reía, me reía de pegarle. A veces llego a pensar si tenía que ocurrir esto: en aquel momento quería matar. Sentía lo que él me había quitado, eran dos o más años. Un perro no habla. No sé si me perdona. Tiene miedo de mí cuando le acerco la mano, y se levanta y se va con aquella pierna hinchadita. Me llego a sentir impotente. Me pregunto muchas veces si habrá alguien que me acepte con ella o con él, saben quién soy y como soy. Creí que de nada valen las ilusiones. Quien de verdad late en todos nosotros es la vida. Y yo no sé cómo la he concebido. ¿No había nadie que pudiera avisarme de esto?.
  El miércoles por la tarde vinieron Isabel y Palmira. Estuvimos terminando de recoger las patatas del campo de afuera y después vinieron a limpiar unos tomates que hay junto a los cuadrados antes del camino que va hasta las gallinas, y me dijo: "Esto sí que da pena. tu madre los compra con todo su amor, y ahora están todos muertos"0. Aquello me apenó de verdad. ¿Todos muertos?- le pregunté. "Todos no, pero una parte si. Lo que puedes hacer es cuidar los que todavía están vivos". Aquello sí era culpa mía. Muchas veces me había propuesto regar, pero pocas veces lo había hecho. "Todos los días no, pero día si y día no, por ejemplo".
  La culpa era mía. Recuerdo que mi madre me dijo varias veces que lo que más le gustaba a ella eran las flores. Por lo menos regarlas todos los días. Me quedé pensando en eso día si y día no. Pero la verdad es que regaba a veces, aunque podía ser insuficiente. A partir de hoy, espero tu ayuda. Mi madre me pregunta a veces por qué le hago más caso a Isabel que a ella.
  No es eso, pero tampoco creo saber explicarlo. El detalle que me agradó sobre Sol, fue antes de ayer que le oí a mi madre decir que la pierna había bajado un poco el hinchazón. Ojalá sea verdad y se cure. A veces voy a acariciarle y, al principio, tenía miedo, pero ahora ya se deja. 


miércoles, 2 de noviembre de 2011

Si me preguntas



 Si me preguntas: ¿es que me quieres tanto?, 
yo te diré que sí.                                 
Si me preguntas: ¿es que me necesitas tanto?, 
volveré a decirte que sí.

Y si me preguntas qué harás con el pasado,
esos sueños que se acercaron a ti,
te responderé, casi llorando:
"No sé lo que me pasa,
sólo luchar me hace vivir".

O si acaso preguntas: ¿te has colgado
de lo que mi alma te llenó de mí?", te diré, rotundamente,
que sí,
que sí,
que sí.

  Porque en este camino mío
que a veces me cuesta seguir,
no he encontrado a ninguna
que se parezca a ti.

                       -2011-

El pájaro azul

  En el largo camino que es la vida conocemos a 
multitud de personas
que  influyen de una u otra manera en nosotros. 
Unas son amigas, otras sólo conocidas. 
Y cada etapa de esa misma vida,
cada paso que damos, aunque en un principio 
lo desconocemos
no es tanto, pues sabes que llevas contigo 
el espíritu de todos aquéllos
que marcaron tus sentimientos 
y de alguna forma tu camino.
Este texto está dedicado a una persona 
que apareció en mi vida
en una etapa de conflictos 
y es la que más ha influido en mí
para mirar hacia delante.


  Posado en la rama más alta del viejo árbol estaba el pájaro azul.
El universo había cambiado de color para resaltar de él la armonía
y el equilibrio… el universo se estaba confundiendo con él.

  Sabía trinar, pero no lo hacía: él sólo agitaba las alas al compás
de la brisa y movía las plumas en el vacío de su alrededor.
No buscaba el nombre de lo que le rodeaba, no,
no buscaba los diferentes matices que podían oscurecer
su esbelto plumaje; él sabía por qué estaba allí, en lo más alto,
sabía qué era lo que debía esperar.

  Ojalá yo hubiera nacido azul como él, ojalá hubiese podido ser
como él, pero no lo era. Lo conseguiría, eso si,
lo conseguiría con mi esfuerzo y mi voluntad…
por eso el pájaro azul podía llenar todo el universo
y yo no.

  El pájaro azul me enseñó a ganar…
y también me enseñó a perder. "El ganar y el perder, me decía,
están tan íntimamente ligados, que  no existe el uno sin el otro,
se necesitan; no pueden estar juntos, pero se dan fuerza".
El universo era para él un cauce, un cauce…
el pájaro azul iba de rama en rama, dando en cada momento
su vida, lo que tenía de vida.
Ojalá yo pudiera detener el tiempo para estar a su lado ojalá…
ojalá mi universo fuera azul.                               


De color de aguamarina


             De color de aguamarina,                
vestiditos de coral,
y un olor a perla fina
duerme el pueblo bajo el mar.

    Ya los laúdes resuenan
melodías de cristal:
las que vienen traen consejos,
silencios las que se van.

  La orilla malvada no existe,
sólo es un mito irreal,
y las aguas me lo dicen:

"Descansa, que aquí hay paz".

  Y la luna se recuesta
sobre el agua, para escuchar
lo que por ella no entiende:
el mar se lo confesará.

  Murmullos que son silencios,
silencios que son verdad…
de color de aguamarina
y vestiditos de coral.

 -2011- 


Y sin embargo queda algo


  Y sin embargo queda algo dentro de mi mente que me envuelve del aroma que aspiraba en tu pelo. A veces lo busco entre los abismos que parecen devorarme y les digo: "No, que ella está dentro, dentro de mí"… y entonces se van, despojados de su ímpetu. Y sin embargo es lo que me da vida, que necesito aguantar y no dejar que me desestabilicen los sueños, las imágenes que me evoca. A veces los abismos son mayores que yo… hoy presentí el desaire de lo oscuro, de la distancia… hoy se puso contra mí. Por eso te llamo cuando te necesito, aunque mi cuerpo esté prendido de las colinas que configuran el entorno.

Mi madre llegó enfadada

  Mi madre llegó enfadada porque Sol cojeaba de una pata. Creo que me cegué al pegarle. Lo del pato lo supo cuando le dije que había pegado a Sol. ¿Por qué me cegué?. Lo fui a enterrar al campo de afuera, y Quico vino después de un rato.  Ya había hecho un hoyo y yo me agaché a llorar. Lloraba de pie mientras él me decía que el pato pudo morir de viejo o por una enfermedad. Me dijo que eso era llorar por mí, que eso era de cobardes. Si, soy un cobarde. Tú ya sabes todo lo que pasa. Me dijo que nadie me entendía, ni mis amigos. ¿Será verdad?. ¿Entonces?. Mi madre estaba muy mal. Ahora está en la cama, pero siempre digo que soy yo quien le va quitando años. Quico me dijo que en muchas cosas de las que hiciera, debía convencerme que era inútil, y debía tenerlo presente cada día. ¿Será verdad que me tomo las cosas tan a pecho?: esto pasó, pero ahora llegará mi padre. Debía haber tenido presente que no podía dañar tanto al perro. No quiero pensar que le pude haber fracturado una pata. Mi madre fue lo primero que dijo. La tiene hinchada. Me cegué por el pato y olvidé al perro. No, no quiero darme toda la razón. Soy un cobarde, si. Me dijo que me quitará el dos mil, la discoteca los domindo. No me importó. Pensé en irme de esta casa, pero también me da miedo. Me dices que yo tengo la culpa y no sé en qué sentido. ¿O no lo quiero ver?. ¿Qué me pasa? Y vuelta a decirme que debía de haber hecho una copia de los poemas que le di a don Celso. Que él se rio de mí. Me dijo que los había perdido, eso era mentira. Y yo digo, ¿no te reíste tú?. Y me callo. No sé decírselo. Sólo espero que me ayudes y que Sol no tenga la pata fracturada. Me parece que siento pena de mí mismo. Mi madre quiere ir al viaje que se va a hacer a Roma en Septiembre y yo sólo le estoy planteando dudas. Antes pensaba que era Dios que me estaba pidiendo. ¡Qué iluso!. No digo que no sea verdad, pero me parece que soy un iluso. Todos los días me vuelco en ese trozo de vida, pero ahora me pregunto en qué medida lo hago. ¿O es sólo de palabra?. Me quiso tirar lo que tenía sobre la mesilla. Sobres de Ana, un recuerdo de Lence, y me tiró la libreta amarilla. Después salió al pasillo. La recogí. Como me dijo don José Carvajal, esto es un hablar contigo. ¿Por qué es así?. al suceder un lunes, la culpa es del baile ¿es malo aquello?. ¿Es mala mi vida?. Ayúdame a que me pase pronto esto.
  ¿Por qué siempre me falta algo para contestarles?.  Por ejemplo, mi madre, cuando me dijo que el primer sitio donde tenía que enseñar los poemas era en casa y comentarlos; cuando pude haberle dicho que ella era la única que se reía de ellos?. ¿Por qué siempre le doy sentido a todo lo que hago, y después, cuando me pongo a meditar, se la quito?. ¿Por qué todo cuanto pienso lo hago por ellos, y después comprendo que la mitad no debí hacerlos?. A veces pienso que ya estoy destinado. Es el miedo, ¿miedo a la vida?. ¿Cuántos tumbos damos todos, Dios mío?. Creo que yo seguiré siendo igual siempre. Me gustaría quedar escribiendo, pero no, voy a que me dé un poco el aire, a ver si puedo quemar plásticos. Ya los quemé. Había ropa afuera. Desde hace algunos días, aunque sólo fueran dos o tres veces, intenté limpiar la jaula de la derecha. Pero, hay un detalle: ¿dónde pongo los conejos?. Pensé en la jaula de al lado, pero tenía miedo porque había conejos mayores, y podía pasar cualquier cosa. Podía ponerlos en el prado, pero temía a los perros. La jaula estaba sujeta con un alambre. Fue ella y, la primera razón que me salió, fue la del alambre. Me dijo que lo soltara y lo solté. La duda que tuvo ellas fue dónde colocarlos. Pensaba que un miércoles, cuando viniera Isabel, podía hacerlo, pero ya sé: voy a bajar una caja de cartón y guardarlos allí. La idea de la caja me surgió cuando te empecé a escribir ahora, meteré verdura. No veo una caja; bueno, ya me las arreglaré. Soy un animal, no comprendo cómo pude hacerle eso. Y el daño que he causado.