Prefiero el viento frío de esta noche
al aire corrupto y seco de tu gran ciudad.
Prefiero las nubes espesas a esas otras de
plomo
que invaden tu templo,
prefiero mis aceras de musgo, mi cobre en
carne viva a ese
tuyo
que está dañado por el fuego
y por el ruido.
Prefiero mis días heridos...
a los tuyos que están teñidos por la
sangre
y el azufre.
Prefiero mi silencio... mis días gélidos
a los tuyos... salpicados por el oro
y la seda de sus paredes grises,
sin forma.
Prefiero no verte,
prefiero mi mundo de coral y agua...
sin embargo
a escondidas he buscado tu trono.
2004
Prefiero seguir visitando tu blog, lleno de sensibilidad y armonía.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Abrazo Rebelde.
ResponderEliminar... y es que, los seres humanos somos así de contradictorios... Somos un encanto... verdad???... aunque nos joda muchas veces... Bienvenida al mundo de los vivos.
ResponderEliminar;)
Besicos.
Intenso y melancólico a la vez. Hermoso...
ResponderEliminarCOJONES LO TIENES TODO AMIGA ES PLACER LEERTE Y SABER QUE TÚ LO SABES POETISA Y PENSADORA AMIGA PERDONA POR NO ESTAR AQUI COMO QUISIERA
ResponderEliminarBESOSABARAZAOS
Simple y contradictorio como la vida misma...
ResponderEliminarMuy buen poema. Deberíamos estar satisfechos con lo que tenemos. Cuando nos miramos introspectiva-mente (mirada de poeta) llegamos a comprender eso que somos, hasta el punto de extasiarnos y regocijarnos en nuestra propia miseria (carroña poética). Siempre, aún teniendo la misma perfección en nuestro lecho, ansiaremos lo que ama y posee nuestro semejante. Lo que tu aquí llamas el trono también es la caja de los tesoros y los truenos, el Anillo del Gollum.
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