3.
Penetrar en vos adelgazan
mis manos.
para comerme prendés
fueguito
nunca
cenizás la noche.
crecés abriendo
grifos en mi boca
me llovés bien
llovidito
mi cuerpo se acomoda
llamita a llamita detrás de vos
los ojos se te llenan
de pájaros antroverticales
mis besos se te pegan
al paladar
mi mano bajorelieve
en tu quermés hoyito para sonámbulos/
estos milagritos
dejan el alma en carne viva.
Y el alma es el solomillo de las delectaciones...
ResponderEliminarEl alma es la parte de nosotros que se inflama en esos momentos: podemos estar en ellos o no, pero siempre nos moverán por dentro. León analiza el sentimiento primero y con él todo lo que parpadea alrededor, que también es parte de ese sentimiento, son milagritos para él. Después el tiempo siempre nos transforma, pero en algún lugar la mente nos permite guardar esas sensaciones. León no deja que el poema se haga puré, caprichoso, sino que cada imagen conecta con lo que siente que, aunque lo vistamos de mil maneras diferentes siempre nos deja una heridita en el alma
ResponderEliminarHay cosas que se inflaman y no son exactamente alma, también a carne viva. Espero no agraviar a León, pero el "me llovés bien llovidito" me suena a "me cogés bien cogidito". Todo forma parte del poema y de los antros verticales.
ResponderEliminarHay que hacer honor a los poemas de León. Mi crítica puede ser arrogante pero no busco la arrogancia. Tengo que reconocer que me gusta su calidez aunque no apelo a los diminutivos.
ResponderEliminarLeón Peredo nos aporta frescura, quizás en ocasiones pueda pecar de inocencia, pero la inocencia bien llevada no es un pecado sino un valor, un diminutivo expresa un cariño especial: me cuidas bien cuidadiño.
ResponderEliminarApelemos a los diminutivos y a los aumentativos de la piel!
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