Alguien reescribirá
la historia
sobre tu alma de niño.
Alguien presionará
tus dedos
y beberá de tu aire
pidiendo un lecho
en el que posarse
junto a ti.
Y entonces tú, doncel
y encantado, dormido
entre las nubes que
hoy besan tu frente
y la acarician,
cruzarás el espacio
presuroso
como si fueras la luz.
Ojalá pudiera sentir
tu alma de niño:
y mojase tus dedos, y
te ungiera la frente…
ojalá respirase la
pureza que respiraste tú.
Alguien reescribirá
la historia
que tus dedos no
contaron,
que tus labios no
sintieron…
sobre tu alma.
-2007-
Se pueden reescribir historias incluso sobre unos glúteos (te sorprenderías porque el resultado también llega al alma y nunca deja a nuestros niños aterrorizados de lo que sintieron).
ResponderEliminarEse "alma de niño" es un tema quizás bastante recurrente a la hora de tocar emociones del pasado, pero a la vez es una inquietud presente del propio poeta: yo escribí todo lo que sentía, ¿y después qué?. Entonces vuelven a su mente los viejos temores: esos que no existían en la primera palabra. Y se da cuenta que los años le están haciendo sentir nostalgia del camino
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