XXIV
- “Me gustaría dejar
toda mi vida en estos
pensamientos,
pero sólo puedo dejar
retazos en ella
en unas palabras”.
Me gustaría conocer
tus ilusiones,
tus esperanzas;
las veo pasar y
quería detenerlas… veo pasar todo,
pero ese algo que no
pasa,
que se renueva cada
amanecer,
ese algo nuevo
lo reflejo en sus
pupilas.
Su mirada podrá
seguir siendo igual,
pero hoy comienza a
tener un nuevo significado.
Del ayer pienso que
ya no queda nada
que pueda seguir
recogiendo…
del ayer sólo el
recuerdo ha sobrevivido.
- “Me gustaría dejar
ResponderEliminartoda mi vida en estos pensamientos,
pero sólo puedo dejar retazos
en unas palabras”.
Me gustaría conocer tus ilusiones,
tus esperanzas;
las veo pasar y quería detenerlas… veo pasar todo,
pero ese algo que no pasa,
que se renueva cada amanecer,
ese algo nuevo
se refleja en sus pupilas.
Su mirada podrá seguir siendo igual,
pero hoy comienza a tener un nuevo significado.
Del ayer pienso que ya no queda nada
que pueda seguir recogiendo…
del ayer sólo el recuerdo ha sobrevivido.
Como siempre que pules tú algo, concreto; muchas veces el ayer nos golpea y nos hace recapacitar. la manera en que me miras, la forma de tus ojos. Me doy cuenta de que al final es lo que queda. Y es que nos pasamos media vida matando ala semejante y otra media añorándolo. Algunas veces sólo dormimos en los balcones para sentir el primer frescor del día
ResponderEliminar...la forma en que los ojos se desencajan, la pintura y el matiz del pestañeo.
ResponderEliminarMe imagino que Fausto miraba hacia el horizonte cuando escribió estas palabras. Y es que a veces el ayer es hoy si se habla de él: eso no lo sabía. Ese algo que no sabe es parte de él, busca respuestas que sólo el tiempo concierta. Fausto cambia lo tangible por lo irreverente
ResponderEliminarEres demasiado crítico con Fausto, lo tangible siempre es irreverente pero nos agrada la reverencia en la piel.
ResponderEliminarNo es criticar a Fausto lo que considero, porque él tiene su evolución como el resto de los humanos, como yo la tengo y es muy de respetar: ante todo respeto sus trabajo. Lo hermoso que tiene Fausto es que no brinda reverencia a nada y a nadie: todo, como realidad, merece ser desnudado, todo comprendido: es una manera de amar también. Y muchas veces lo tangible es reverente, por eso Fausto lo cambia, para mostrarlo tal y como es
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