Palabra mía, rompe
ese silencio,
conviértete en látigo
o espada
no permita que la
mano del imbécil
maltrate por amor a
su adorada.
De ese amor de golpes
y maltratos,
amor de pasiones
desmedidas,
amor que decrece…
amor ingrato,
nacido del dolor y
las mentiras.
Se castiga mejor
cuando se ignora,
es mas duro el
silencio que el flagelo,
se respeta a la mujer
si se le adora,
protegerla por
siempre es mi desvelo.
No debe ser tan
hombre quien tortura
a ese ser especial
que engendra vida,
quien destruye el
amor y la ternura
dejando en pena el
alma adolorida.
Y que viva el amor o
la ruptura
antes que el dolor o
el sufrimiento,
la mujer es una
estrella de dulzura
que ilumina de goce
el sentimiento.
Si no hay amor
creciente y sin medidas,
preferible es dejar
esos oprobios,
no aumentar el dolor
y las heridas
ni convivir con un
amor… amor de odios
DERECHOS
RESERVADOS DE AUTOR
Me reservo los derechos de mi comentario... Evidentemente el poema está muy claro y nadie merece el afecto de los golpes.
ResponderEliminarMuy bien llevado, si; a veces la misma rima nos lleva a maniatar algunas frases, pero eso siempre ha de ser una interpretación, pues es el autor quien juega con las pausas hasta llevarnos a la sensación que él quiere conseguir.
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