Hay momentos en que
la vida quema,
instantes de desnudez
total en que el alma
se enfrenta con si
misma y los sueños
se vuelven cuchillos
manchados
con nuestra propia
sangre y los deseos
nos golpean el pecho
hiriéndonos por no ser escuchados.
Hay días en que
caemos en un espacio
que se cierra
sofocándonos y el respiro se corta.
Los ojos se humedecen
y las palmas de las manos
se entibian de savia
salada y el dolor nos presta
su mascara
inconfundible que como una mueca imborrable
se nos graba en el
rostro y el pasado nos acosa
como una ola enorme
que se revienta
liberando el olvido
de su cárcel de sombras negras.
Hay momentos en que
la muerte nos llama
sólo para hacernos
sentir su aliento pútrido
y recordarnos que
nuestros días están contados.
Días en que nos
llueve por dentro.
En que la soledad nos
inquieta y volvemos siempre
a preguntarnos las
mismas cosas de ayer
y los por qué
resuenan sin respuesta
por todos los sueños
abandonados.
Ay vida, vida que te
apagas, como candela al viento.
Con el pasar de los
años, me arrepiento de tanto arrepentirme
y con la cabeza baja
sigo caminando.
Ya me llegará la hora
del silencio y al juicio final no seré perdonado.
Me declararan
culpable, iluso y una jauría de perros hambrientos
devoraran mis restos
en un desierto innominado.
Pero mientras haya
vida y me quede aire en los pulmones,
vuelvo siempre a ti
para consolar lo inconsolable,
bajo el alero de tus
ojos y de tus manos.
Mujer de pan apenas
horneado, de delantal blanco,
de mirada de cielos,
de carnes tibias y de piel suave de luna,
en ti ahogo mis penas
y mis dudas naufragando.
Naufragar en ese cielo e irnos al infierno, o ya en el otro nunca ser náufragos ni sentirnos consolados por las llamas...
ResponderEliminarCuando la vida se hace un espacio inconfundible te das cuenta que lates en ese espacio, que le has pertenecido siempre. Cuando la vida se confunde con tus sentimientos y su equivocación es también la tuya y tu equivocación... nunca serás perdonado. Así soy yo, marchito en lo que nunca he sentido fingir, desnudo en la desnudez misma. Muchas veces me he enfrentado a mi otro yo escondido en las líneas de mi pentagrama imaginario... y sólo la nota del olvido se acercaba a mí con las manos abiertas para decirme: "No hay salida". Retornaré con dolor... si es necesario
ResponderEliminarEsos días pueden ser impulso para vivir intensamente y aprender a aprovechar todo cuanto se nos ofrece.
ResponderEliminarEsos días en los que la brújula no encuentra propio norte se hace más llevadero con una mano que nos apriete, nos arrope un abrazo y nos de aliento.
Pero lo más importante es ser consciente de que solo son días. ...
Un poema que se aferra al amor.
Un reloj interno nos despierta y nos dice: ¡Alerta!... porque es el primero que siente un desequilibrio dentro de nosotros. Sólo son días, es cierto, pero muchas veces se nos hace complicado salir de ellos, todo lo vemos negro en esos instantes. Sólo hay fracciones de segundo en que el alma nos deja ver más allá, es enrtonces cuandose nos hace consciente todo y podemos vislumbrar una salida. O es cierto como ices, Sandra, una manos que nos apriete, un abrazo que nos arrope
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