Y quién habrá de
contarte
del hombre
que está en mis
sueños,
el que desviste mi
cuerpo
y deja en mi piel
la mustia soledad
de aquellos besos
hoy solo recuerdos.
Has buscado mis besos
y mis labios llegan a
ti
sahumados de placer
ansiosos de tu cuerpo.
Recorren tu piel
calcinan tu cuerpo
hasta humedecer
tu tálamo sediento.
He dormido en tus
sueños
en tu cuerpo y
pensamiento,
te he bañado de placer
y en cada amanecer
reclamas mis besos.
y yo en medio del
silencio
ansío estar dentro de
ti,
reviviendo tus deseos,
hilvanando tu cuerpo
con aroma de mirra e
incienso.
He tejido tu piel en
mis labios,
he hilado el camino
que te trae de
regreso.
y tú...
Ausencia o silencio,
ilusión o sueño,
has llorado en tu
lecho
lágrimas de ausencia
que endulzan mi
silencio.
Hilas fino y es difícil desatarse del ovillo.
ResponderEliminarLa imágenes son muy secuenciales y transparentes, Mary Bell caza cada detalle como si fueran soplos de viente: continuos, definitorios... y eso es lo que transforma su poesía en auténtica. Es joven, se percibe; pero no por ello deja de ser astuta y sagaz
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