7.
Y
sabiendo que de pronto sí
me volvieron ya las ganas de
usted sabe cómo yo y vos
hay cositas que entre vos y yo
más lindas que no sé qué
porque
sabés hembrearte hembra
porque
las manos se me agigantan
entonces al
saber que sí
se te vuelven
grandes las ganas de
usted sabe que
enloquezco por
todo su cuerpo
está que se muere de mí
todo estoy que
no doy más de usted
que te doy
muchas ganas de
porque usted me
da ganas de
y sabiendo que prontito sí
es una fiesta ciertas cositas
maravillosas
que hacemos sobre mí a ante
bajo con vos
nos
matamos un poquito contra
para
vernos nacer amor mediante
y después
fe. |
De cómo ser alfarero y llenarse de gorriones y lama para el arte del maravilloso amor.
ResponderEliminarRecrear en la mente un horizonte idílico en donde el amor es la cumbre de lo que siento, pero no puedo describir. Muchas veces de vivir ese momento me ha quedado la savia de tus besos en mi camisa, que no he tirado desde que te sentí por última vez. El poema concluye abierto para que el final sea impredecible, como impredecible es lo que siento
ResponderEliminarQuieres decir que aun no te has lavado la camisa de babas transeúntes, algo que nos exonera de los detergentes.
ResponderEliminarNo quisiera que alguien lavara mi camisa, pues sólo yo sé lo que significó cada instante para mí: estamos rodeados de detergentes superficiales. Pero hay algo que no se puede borrar y es el aroma de un aliento, lo cual te enseña a regenerarte también
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