Vengo desde
los huertos, mi herencia milenaria,
a cantarle a
la espina, la pena y la esperanza,
mi estirpe
me ha dejado un alma hechicera,
un verso que
se esfuma en los brazos del alba
y florece en
trigales y resurge en la savia
de los
arboles frescos de montañas y praderas.
Mi
cargamento tiene alegrías y nostalgias
de inviernos
y veranos en los campos de labranza,
sin ángelus
ni rezos que repiquen las campanas.
Mi piel de
bronce puro tatuada de paisajes
de mirar el
crepúsculo cuando pasa cantando,
plagada de
recuerdos de acortar distancias
para
encender de nuevo furtivas esperanzas.
Desde mi
alma noble, desde mi ser de infancia,
soy de amor
de caminos y de tiple en el alma,
de cardos y
de rosas tengo el corazón pleno
para despintar
paisajes y desdoblar nostalgias.
Mis versos
los perfumo con aromas del viento
y a todo
peregrino que pase por mi estancia
y exprima de
mi canto el olor de la montaña
y beba en mi
tinaja el vino que se escancia
ya siente el
regocijo y calma ya sus ansias.
Soy de barro
puro con alma de alfarero,
mi verso
esta esculpido de arcilla moldeada
y metal
trabajado en el yunque del olvido,
por ello mis
dolores son guijarros cocidos
que guardan
los secretos de amores de alborada.
Bendigo la
semilla que surge del subsuelo
y que mis
manos puras amasan pan del trigo
y que mis
labios catan aromas de ese vino
que mis
pasiones fraguan en busca de consuelo.
El himno que
hoy entono despierta a la montaña
y los
pájaros silvestres repican mis palabras,
en cantos
armoniosos que cubren el paisaje
de ritmos
que matizan aromas y esperanzas.
De las aves
sencillas que musitan mi queja
prolíficas
en crianza para adornar paisajes,
arrullan
madrugadas, presagian arreboles,
despiertan
las pasiones del alma prisionera
son numen de
alegría de idílicos mensajes.
Hay un licor
melifluo que en cada madrugada
embriaga de
recuerdos que atesoro en mi alma,
es tu
sonrisa tierna, es tu núbil mirada
que en mi
ser se divaga y me brinda la calma.
Despierto con mi canto recuerdos y nostalgias,
y estoy
lleno de todo y a cuestas con mi trino;
soy prodigo
en mi entrega y mi alma lacerada,
obsequia
atardeceres y sonatas aladas
a todo el
que se cruce conmigo en mi destino.
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