Sin apuros has bebido
mis delicias
has sahumado mis
oceanos,
has desnudado mi piel,
has impregnado mi boca
del aroma de tus
besos.
Has empapado mi cuerpo
de tu fuego, de tu
esencia,
de tu prodigio
luminoso
de tu grito, tu gemido
de tu vaivén
cadencioso.
Has mordido mi locura
has dominado mi
cuerpo,
se mi orgasmo
diluviante,
desnúdame...
Se una electricidad
erúptiva
en la demencia de
éste amor,
revélame tu secreto
comprometiendo
nuestros cuerpos
en el dulce sabor
de una noche
derretida.
Embriágame de tus
besos
envueltos en la
pasión,
agita mi silencio
enrédalo en tu cuerpo
reclama mis gemidos
que se vuelvan
pesadillas
en la oscuridad
agonizante.
Rózame de a poco
hazme oír tu voz,
en medio del brillo
celeste
tú y yo,
y mis pensamientos.
Tu amor es como hiedra
que me trepa por
dentro,
aquí en lo mas
profundo
te llevo a donde voy.
Te uno al viento que
viene a mi
y me besas con pasión
con ansias, con
deseos;
la brisa cómplice se
vuelve torbellino
y te une a mi cuerpo;
me abrazas y rozas el
cielo
me besas de a poco,
y lames el firmamento.
Tu boca, se pierde
en la inmensidad
celeste
brota del agua
y navega
desesperadamente.
El viento,
se hace cada vez más
fuerte
en medio de aquel
tremendo oleaje;
mientras tus labios
cual llama ardiente
flotan en la
profundidad
de mis oceanos.
Desnúdame,
con tus manos
ardientes
con tus besos cálidos
con tu piel, con tu
boca,
desnúdame hasta
extraer
la miel de mis mares
dominando mi cuerpo,
desnúdame en el placer
de tu sexo...!!!
Eróticamente perfecto pero a la hora del placer también conviene la malversación, un lenguaje cercano a la hosquedad y al exabrupto, necesitamos que la belleza se confunda con la suciedad y la humedad.
ResponderEliminarApropiado para estos tiempos en que la sensación se confunde con la emoción. Es un poema sigiloso, de los que se dejan leer y sentir sin más excentricidades que el momento. Es de los que te apetecen, Raúl, dejemos unos instantes para que te recrees en la sugetión: una combinación de imágenes por las que Mary Bell nos arrastra a su individualidad
ResponderEliminarUn poema eróticamente bella, me gusta.
ResponderEliminarNo es un poema sexual, es una poesía sensual, el erotismo que la impregna se desmenuza en mil pedazos... diferentes entre sí, pero a la vez semejantes. Un poema para a través de él abrir las ventanas del paraíso. Muchas veces se corre el riesgo de enlazar imágenes que se antojan muy lejanas de lo que siente el poeta: hay que tenerlo en cuenta. Pero éste es el mundo de la poesía: hacer que lo más lejano parezca lo más habitual; es un arte. Mary Bell nos traslada a la juventud y, desde allí, nos desgarra emociones
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