Acaso tú te olvides de mí
el día en que un amor
entre en tu vida.
Un lejano día
olvidarás que me
quisiste
y que yo te entregué
mis mejores sueños.
El tiempo y el
espacio
volverán a ser
enemigos de la ilusión,
olvidarás que yo te
quise con el alma
y que contigo
descubrí la felicidad.
La brisa que nos vio
unidos
se perderá en la
playa
un día de crepúsculo
y vaciará su torrente
en el tenebroso ocaso.
Pero tú… tú no
desaparecerás
de mi mente corolada,
tú presidirás mi
alegría en el tiempo.
Yo nunca te olvidaré,
esa estrella que se
dio a mí para hacerme feliz.
Esa gaviota que
pudiendo volar se quedó a mi lado
queriendo hacerme
nacer una sonrisa.
No. Tú no te pudrirás
en el silencio, por
la vida que me diste,
la dicha que me
regalaste.
Y allí donde yo ría
estarás tú.
- 1982 –
Y ahora que nos volvemos a observar se nos pudre la risa con los silencios regalados...
ResponderEliminarSi ahora sintiéramos lo mismo, nunca lo podríamos expresar como entonces. Y es que Fausto nos presenta su mundo de color. Hoy Fausto sería el mismo de ayer, sólo las realidades van cambiando
ResponderEliminarGran poema , con una realidad del amor muy bien definida , te doy la razón ni el tiempo `, ni el espacio , pueden borrar la energía y el gozo de compartir con otro ser humano el amor Real el que sale de las Entrañas. ME encanta la aventura que le das, que aunque ese ser ya no comparta camino contigo, tú amorosamente le das vida a través de ti `- Precioso jean ´Me encanta... te amo
ResponderEliminarUna manera de ver el poema desde dentro, de sentirlo. A veces las palabras no logran expresar lo que se siente, pero cuando lo hacen con la inocencia de un corazón puro se aproximan, si, se aproximan
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