Sentí sus pérfidos labios besar mi frente
y busqué su boca,
mi alma,
pero la sentí lejos,
lejos de mí.
Arrojé el viento sobre su cara
con furia
como una forma de no dejarme avasallar
por su voluntad lasciva
pero me sentí transformado por ella:
me había cautivado.
Transformaciones y perversidades...
ResponderEliminarEs una equivocación actuar precozmente ante los diferentes estímulos que nos confiere la vida
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