Copas de leche y de vida,
tiernas lunas gemelas.
Con una rosa en el centro,
La sed y las sombras vuelan.
Cuello desnudo, altanero,
hombros de plata y de seda,
anclaría en ti mis besos,
sal de mar y de arenas.
Hojas de mil otoños,
perfume de idas primaveras.
Vientre de agua profunda,
eres mi espacio y mi tierra.
Piel de nieve que arde,
fuego rojo por las venas,
bebo a sorbos tus savias,
mujer de sol y de estrellas.
tiernas lunas gemelas.
Con una rosa en el centro,
La sed y las sombras vuelan.
Cuello desnudo, altanero,
hombros de plata y de seda,
anclaría en ti mis besos,
sal de mar y de arenas.
Hojas de mil otoños,
perfume de idas primaveras.
Vientre de agua profunda,
eres mi espacio y mi tierra.
Piel de nieve que arde,
fuego rojo por las venas,
bebo a sorbos tus savias,
mujer de sol y de estrellas.
Vuelves a la rima!!! Sigo pensando que eres un amante demasiado dulce (las mujeres son galernas que intentamos amarrar infructuosamente). Sigo pensando que en tus versos algo necesita unos azotes.
ResponderEliminarRaúl, la rima no es algo negativo en un poema, pues te puede dar una continuidad que muchas veces resulta atractiva. Es cierto que la poesía sin rima también es muy aprovechable, pero son dos opciones muy válidas. Son etapas por las que pasa el poeta. Y yo lo sé porque he pasado por varias. Tal vez en la variedad está un aprendizaje, pues cada poeta se empapa de los versos de otro y eso le ayuda a identificarse con él
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
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ResponderEliminarA los versos hay que sacarles las escamas y las espinas para hacerlos más aprovechables, pero también les arrebatamos parte de su dignidad.
ResponderEliminarSi le sacamos todo no sólo les arrebatamos parte de su dignidad, sino también de su divinidad, eso que les hace seres vivos inimitables y auténticos. El autor se identifica con lo que crea su mente y eso es lo que en verdad mueve el mundo, pues nada de lo que se crea es para invertir la verdad, sino para prodigarla. Puesto que la labor de crear algo es una llama de fuego que te brota de dentro y poco a poco se va transformando en llama de luz
ResponderEliminarTodo es transformación. Una lata de sardinas ahumadas tiene una divinidad diferente a la de un ser vivo, pero no por ello, despreciable.
ResponderEliminarLlama de luz o llama de tiniebla?
Raúl
No sé si la esencia de "Divinidad" puede referirse a una lata de sardinas por cuanto forma parte de la inmensidad del ciclo vital de la vida, me parece que sí aunque en un principio me chocó la semejanza. En este universo deberíamos más aprender a aceptar a nuestros semejantes como son y no como nosotros queramos que sean
ResponderEliminar¿Quieres decir que debemos aceptar el escabeche de las sardinas o las sardinas al natural?
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