Por la noche, cuando me acuesto,
me duermo mirando su retrato.
La veo, toda ella, como una margarita
desde mi pequeña ventana de musgo
que se abre al viento
y saluda al aire.
Miro el rocío caer,
acaricio la lluvia.
Cuando miro su retrato
empiezo a imaginar muchos sueños
junto a ella…
sueños que quizás nunca lleguen a realizarse,
pero que me hacen vivir.
Cuando miro su retrato
le echo una mirada inquieta a ese reloj anciano
buscando entre sus siluetas
a mi amada… espetando su llegada,
intentando convencerme
de que un día ha de venir.
Su retrato es como la vela
siempre a punto encendida
en el corredor de mi cuarto;
la cobardía me llegará cuando me vea sonreír
y abrazado a otros lazos.
Su retrato es como la estrella
que me guía hacia la vida.
Me defiende del temor,
acuchilla mi odio…
su retrato es como una lucha para seguir caminando.
- 1982 -
Y un día vendrá y os retratareis los dos, y algún día tendrás ganas de borrar su insidiosa mirada.
ResponderEliminarQuizás cuando crezcamos y vea que sólo era una sombra en el espejo
ResponderEliminarEl espejo nos devuelve siempre nuestro rostro.
ResponderEliminarNo sólo el espejo representa una verdad para nosotros, también el que se cruza en el camino nos trae un mensaje. Aquél a quien nosotros le abramos la puerta
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