Siete dedos
detrás de una recompensa
de un sueño
de voces atoradas en la
garganta
y al final
otra vez eternos círculos
usurpan días de gloria
el sábado
o el domingo
cirros en el horizonte que
atrapa luciérnagas
o buitres devorando al ave más
débil
y cien dedos luchando por el
amor
cuadrados y óvalos pelean
por el día insoportable que
llega
y deja profundas huellas en el
corazón
risas o tristezas en el último
atajo
después de todo
mil dedos detrás de un sueño
suspiran por la palabra
pesadumbre
o por el cansancio de los
huesos.
Cien dedos luchando por el amor, pero es el amor quien elije mano.
ResponderEliminarSiete pezones luchando por una boca y el hambre se llena de gloria.
ResponderEliminarAnte el cansancio de los huesos, ¿es lícito luchar por el amor?. Tienes razón que es el amor el que elige, no los cien dedos. No sé dónde escondería tanto deseo, si los siete dedos hoy son producto de un deseo irrefrenable. Necesito encauzar lo que siento sobre tu piel, no que cuentes el tiempo que nos separa
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