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viernes, 31 de enero de 2014

Bueno, yo le escribía a Alicia


para Reyes, creo que será un sueño.
  Este poema… no sabía que al final pudiera terminar así. Me gusta… Pensé que tenía once cintas porque tenía una caja vacía. No puedo escucharlas.
  Bueno, ya podrás. Yo creo que los poemas como éste son mejores que esos otros que desarrollan un tema y desde el principio se conoce el final. Va a ser un poco dificilillo ordenarlas: si en cada una hubiera un poema bueno, pero va a tener que ser por detalles. Mañana lo veremos; ya estás satisfecho por haber anotado en el calendario de Vilariño unas fechas, diversos cumpleaños.
  No nos podemos olvidar de Montse: también ella te dio un beso y te dijo que éramos nosotros quienes no contestábamos. A Sauli y a Luisa ya sé que le piensan decir que te mandan un beso por carta: te lo han de dar, te lo deben. Quien me quiebra la cabeza es Pily: puede que le hayamos hecho daño.
  En vez de acostarte y escribir en cama, que a Quico le molesta, te sientas en la cama y escribes allí. ¡Jo! la cabeza, ¡cómo pica a veces!. Voy a ir arriba a buscar las cartas… Pensé en no ir, pero es mejor que si: las podemos guardar aquí abajo, en el caso de que no las puedas leer.

  Igual leeré a Alicia.
  Ahora estaba escribiendo en la libreta y viendo esta película que no entiendo en la cocina, oí una gallina fuera: guardé todas y las conté. Cerré la puerta, pero salí a ver: estaban todas guardadas… tal vez me llegué a sentir confuso: habían sido los gatos, pero vi que la luz en donde estaban los conejos había quedado encendida. Lo que quiso mi espíritu cuidador fue alertarme de la luz. Mientras está para subir la leche y termine de escribirte otro capítulo, te digo que es verdad cuando te pido.
  Te decía de Pepi: “¡no te vayas aún!”… y lo cierto es que no se va: está en Ramallosa todos los domingos.  Y el beso de ayer, ¿no te parece hermoso?. A mí me parece por ti. Y muchas ideas preciosas que tienes. Siento que el recordarte va a ser compartir una historia hermosa llena de sueños, tú bien sabes lo que me agrada. Ahora termino, bueno, pero la leche subió. Ya está… Todavía me guardas muchos secretos. Se me ocurrió pensar que podía decírselo a alguien, no sé si lo haré, pero siento que hay que estar en tu piel para comprender todos esos detalles maravillosos.

  Ya terminé el cuento de Tartamudón. Me parece que quedó mejor ahora. Ya sabes cómo lo hice: pues a medida que escribía, iban naciendo historias… y al final me quedó que ni pintado. A lo que yo llamaba Ángeles, no es Ángeles si no Amparo. La gabardina que llevaba Quico era la mía y Mariora se la prohibió llevar. Ella se fue y él y yo hicimos el cambio. Ahora él la dejó en la ventana. Mariora nos da 200 pesetas a cada uno, pero él me dijo que quedara con las suyas. Fue un detalle que me gustó, pero me quedó la pena de ir él sin nada.

   Cualquier detalle aquí es maravilloso. No vinieron aún, pero yo le di un beso a Mayte, a Teresa y a Mª Jesús: a Mª Jesús le faltaba mi dirección, Alicia había escrito y Tere esperaba carta. Bueno, ya estoy de otra forma.

   No vinieron. Pero lo pasé especialmente bien por Alicia y Teresa. Y María Jesús, Chus le gusta más. Voy a escribirle. Y a Mayte le di dos besos y a Montse uno y a Delia y a Teresa al llegar y a Alicia, esa chica de Figueiró. Iba con dos más: con Gloria y Begoña. Para la próxima convivencia tenemos que llevar las cartas para jugar. Al final n o leí ningún poema. Pero no estaba en ello.

  Bueno, mañana queda en casa. A ver qué hacemos: si no llueve pienso quemar los plásticos, a ver si nos acordamos. Por la noche supongo que será la jornada del baile y el miércoles también. Bueno, Ali dijo que le gustaba mucho salir en bici y a ver si me llamaba y dijo también que Pepi iba todos los domingos. Como me dijo este pasado, él le llegó un poco más tarde. Pude darle un beso y bailar.
  ¡Acuérdate también de Loli: lo pasamos bien, ¿no?. Pues ya está.
Ya puedes empezar a pasarme a libretas: en la tienda de la carretera hay. Vimos a Deli y ella no te quiso dar un beso… No te preocupes, estabais en la calle. Si te lo dio Conchita, ¿no?. Hablé con Pily el domingo, le llamé; me había llamado ella sin encontrarme. Me olvidé decirle muchas cosas. Encontraste a Tere y a Chus. El domingo te espera Pepi y por la noche, eso. Quico me hizo una gracia: “Vas a bañarte. ¿no?”... y se metió en el baño. Me gusta, son momentos que desahogan.
  Bueno, ya me lavé un poco. Fui a ver si estaba la cocina encendida para escribirle a Sauli y a Luisa, pero no, voy a dejarlo para mañana. Mañana ordenaré estas hojas para la libreta. El problema va a ser escribirte a ti, a ella ya veré. Me puede salir algún poema. Y pienso leer algunas cartas. Un casete  a la del coche y no era, se podía parecer, ¡déjala!.


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