para Reyes, creo que será un sueño.
Este poema… no sabía que al final pudiera
terminar así. Me gusta… Pensé que tenía once cintas porque tenía una caja
vacía. No puedo escucharlas.
Bueno, ya podrás. Yo creo que los poemas
como éste son mejores que esos otros que desarrollan un tema y desde el
principio se conoce el final. Va a ser un poco dificilillo ordenarlas: si en
cada una hubiera un poema bueno, pero va a tener que ser por detalles. Mañana
lo veremos; ya estás satisfecho por haber anotado en el calendario de Vilariño
unas fechas, diversos cumpleaños.
No nos podemos olvidar de Montse: también
ella te dio un beso y te dijo que éramos nosotros quienes no contestábamos. A
Sauli y a Luisa ya sé que le piensan decir que te mandan un beso por carta: te
lo han de dar, te lo deben. Quien me quiebra la cabeza es Pily: puede que le
hayamos hecho daño.
En vez de acostarte y escribir en cama,
que a Quico le molesta, te sientas en la cama y escribes allí. ¡Jo! la cabeza,
¡cómo pica a veces!. Voy a ir arriba a buscar las cartas… Pensé en no ir, pero
es mejor que si: las podemos guardar aquí abajo, en el caso de que no las
puedas leer.
Igual leeré a Alicia.
Ahora estaba escribiendo en la libreta y
viendo esta película que no entiendo en la cocina, oí una gallina fuera: guardé
todas y las conté. Cerré la puerta, pero salí a ver: estaban todas guardadas…
tal vez me llegué a sentir confuso: habían sido los gatos, pero vi que la luz
en donde estaban los conejos había quedado encendida. Lo que quiso mi espíritu
cuidador fue alertarme de la luz. Mientras está para subir la leche y termine
de escribirte otro capítulo, te digo que es verdad cuando te pido.
Te decía de Pepi: “¡no te vayas aún!”… y
lo cierto es que no se va: está en Ramallosa todos los domingos. Y
el beso de ayer, ¿no te parece hermoso?. A mí me parece por ti. Y muchas ideas
preciosas que tienes. Siento que el recordarte va a ser compartir una historia
hermosa llena de sueños, tú bien sabes lo que me agrada. Ahora termino, bueno,
pero la leche subió. Ya está… Todavía me guardas muchos secretos. Se me ocurrió
pensar que podía decírselo a alguien, no sé si lo haré, pero siento que hay que
estar en tu piel para comprender todos esos detalles maravillosos.
Ya terminé el cuento de Tartamudón. Me
parece que quedó mejor ahora. Ya sabes cómo lo hice: pues a medida que
escribía, iban naciendo historias… y al final me quedó que ni pintado. A lo que
yo llamaba Ángeles, no es Ángeles si no Amparo. La gabardina que llevaba Quico
era la mía y Mariora se la prohibió llevar. Ella se fue y él y yo hicimos el
cambio. Ahora él la dejó en la ventana. Mariora nos da 200 pesetas a cada uno,
pero él me dijo que quedara con las suyas. Fue un detalle que me gustó, pero me
quedó la pena de ir él sin nada.
Cualquier detalle aquí es maravilloso. No
vinieron aún, pero yo le di un beso a Mayte, a Teresa y a Mª Jesús: a Mª Jesús
le faltaba mi dirección, Alicia había escrito y Tere esperaba carta. Bueno, ya
estoy de otra forma.
No vinieron. Pero lo pasé
especialmente bien por Alicia y Teresa. Y María Jesús, Chus le gusta más. Voy a
escribirle. Y a Mayte le di dos besos y a Montse uno y a Delia y a Teresa al
llegar y a Alicia, esa chica de Figueiró. Iba con dos más: con Gloria y Begoña.
Para la próxima convivencia tenemos que llevar las cartas para jugar. Al final
n o leí ningún poema. Pero no estaba en ello.
Bueno, mañana queda en casa. A ver qué
hacemos: si no llueve pienso quemar los plásticos, a ver si nos acordamos. Por
la noche supongo que será la jornada del baile y el miércoles también. Bueno,
Ali dijo que le gustaba mucho salir en bici y a ver si me llamaba y dijo
también que Pepi iba todos los domingos. Como me dijo este pasado, él le llegó
un poco más tarde. Pude darle un beso y bailar.
¡Acuérdate también de Loli: lo pasamos
bien, ¿no?. Pues ya está.
Ya puedes empezar a pasarme a libretas: en la tienda
de la carretera hay. Vimos a Deli y ella no te quiso dar un beso… No te
preocupes, estabais en la calle. Si te lo dio Conchita, ¿no?. Hablé con Pily el
domingo, le llamé; me había llamado ella sin encontrarme. Me olvidé decirle
muchas cosas. Encontraste a Tere y a Chus. El domingo te espera Pepi y por la
noche, eso. Quico me hizo una gracia: “Vas a bañarte. ¿no?”... y se metió en el
baño. Me gusta, son momentos que desahogan.
Bueno,
ya me lavé un poco. Fui a ver si estaba la cocina encendida para escribirle a
Sauli y a Luisa, pero no, voy a dejarlo para mañana. Mañana ordenaré estas
hojas para la libreta. El problema va a ser escribirte a ti, a ella ya veré. Me
puede salir algún poema. Y pienso leer algunas cartas. Un casete a la del
coche y no era, se podía parecer, ¡déjala!.
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