Muchas veces me he
marchado...
sin mi ausencia, mi
silencio,
mi recuerdo y
pensamiento.
Pero doy vuelta de
hoja y pienso...
Cómo he de irme sin
mis recuerdos?
cómo he de irme sin
mi silencio?
cómo haré sin el
rincón de mis más íntimos secretos?
Cómo?
Han sido cómplices de
mis penas y sufrimientos,
y qué hay de mis
alegrías?
me las han dado
envueltas
en el rocío que me
manda el viento,
los suspiros, como
gotas de aguaceros
han destilado mieles
del edén poético.
Entonces...
La lluvia se vuelve
beso,
el sol se vuelve
caricia,
la luna se vuelve el
roce que enciende el fuego.
Y la noche?
Qué se vuelve la
noche?
La noche se vuelve
ocaso,
se vuelve piel,
se vuelve sexo;
la noche se vuelve
fuego,
se vuelve antorcha,
se vuelve cascada en
el silencio;
La noche sombra de
los amantes
que llama al beso,
ha de ser lava
derretida en mi cuerpo.
Ansiosa yo...
Un Edén poético y bellos subterfugios, ¿qué más se puede desear? Me llenan las preguntas al viento, pero al final la cascada corre demasiado apresurada en un ansia, y la noche de los amantes es un beso homicida.
ResponderEliminarUn sendero a la emoción última, queriendo alcanzar lo sublime. Ciertamente no llegará a ella, pues lo sublime es lo más inaccesible, pero el sabor que habrá dejado en sus labios se hará un paso más. Todos buscamos ese espacio en donde lo que sentimos se haga único, nunca antes sentido y casi siempre aal final nos damos cuenta que las prisas nos traicionan y desbaratan todo nuestro sueño. Mary Bell camina despacio, con los pies en el suelo, cada sensación se hace la última... de esta forma nos transmite un paisaje cálido: un recorrido por lo que puede sentir a través de pensamientos que pudieran transformarse para ella en la emoción que busca. Es pues uno de sus paisajes interiores: lo exótico se vuelve real, lo etéreo humano: sólo desnuda la verdadera sensación del poema en los versos finales
ResponderEliminarLo sublime no es siempre lo inalcanzable, aquello que nunca llegamos a rozar, lo inaccesible. Lo sublime es el sentimiento de lo sublime, ese sabor que permanece en los labios antes de llegar y después de desvanecerse.
ResponderEliminarTu comentario desnuda la verdadera sensación del poema!!!