Damas quieren contento,
damas quieren
cuidado.
Yo siempre fui un
poco lento,
yo siempre fui un
descuidado.
Nunca supe ver
en otros ojos
el calor de las miradas
que en algo me
apreciaron.
Damas quieren
contento,
damas quieren
cuidado.
Si es del buen
caballero
el don de la
galantería
a la dueña de su
agrado,
en más del rústico
dado
hacer merced de su
guisa
porque un cazador que
apremia
a una presa mete
mano,
pero un ser timorato
no halla fortuna
debida.
Damas quieren
contento,
damas quieren
cuidado.
Yo siempre fui un
poco lento.
Yo siempre fui un descuidado.
Del libro "Poemas de amor y juventud"
¡Desconocía a este autor! Habrá que hacerle un seguimiento por si descubre algo interesante. Seguramente es un cercano amigo tuyo.
ResponderEliminarExpláyate y únete a la autocrítica.
Yo también soy un descuidado en el arte de amar.
Estamos recibiendo influencias de poetas de edades muy diferentes y eso es un enriquecimiento para quien se acerca a compartir este espacio.
ResponderEliminarEste poeta es joven y por ser joven es puro y virgen aún, no sé por cuánto tiempo seguirá así. Todo poema que sea la expresión de una inquietud para mí es válido, a lo más jugaría algo con las palabras con el fin de que la lectura no tuviera pausas encubiertas (por ejemplo "un poco lento. Yo...", algo que dos amigos míos de cuando empezaba a escribir me corregían mucho). Aunque algunas veces la pausa se hace positiva en el sentido de que añade un toque de atención. Tiene otras partes muy positivas, para mí.
Seguro que apreciaremos esa evolución en los poemas
Yo soy más crítico que tú en ese sentido. Para mí toda actitud es válida, como todo sentimiento, pero no todos los poema son de la misma manera admisibles. ¿Cómo saber, pues, cuando te encuentras delante de algo realmente excelso?. Aunque suene incorrecto debemos segregar, discriminar, repudiar, para objetivar el arte. Al igual que con las mujeres unos poemas son más hermosos que otros, y otros están dotados de mayor sentimiento o inteligencia porque tienen una integridad distinta.
ResponderEliminarHay algo que define totalmente la poesía: la poesía es una búsqueda de la totalidad, de la belleza, la perfección y la verdad. Cuando más nos acercamos a estas metas, más exigentes somos con la palabra.
Estoy de acuerdo contigo: el poeta, en este caso, es un ser puro y virgen aún.
Me gustaría que definieras lo de "pausas encubiertas".
Gracias por vuestra consideración y vuestra visión. Como podría haber dicho algún sabio helénico: "Cada día aprendo más porque, inevitablemente, cada día soy también más estúpido".
ResponderEliminar____Ulises____
La estupidez siempre es un punto de partida, pero en muchas facetas de la vida: al enamorarnos somos un poco estúpidos, al obrar sin razón somos un poco estúpidos... nuestra primera hazaña es salir de esa estupidez primera. pero aquél que escribe lo que siente, aquél que obra lo que siente aunque vaya por caminos ajenos al resto del mundo, ¿por qué lo va a ser?. Si limpiáramos el mundo de seres estúpidos tal vez sólo quedarían las hormigas.
ResponderEliminarPara mí es una satisfacción conocer y compartir tu interior de esta manera
Lo cierto es que cada día perdemos alguna neurona y nos aproximamos a esa "estupidez original".
ResponderEliminarHay otra clase de poetas, aquellos que viven y sienten lo que expresan, y ellos mismos son una prolongación de sus versos, y así se definen en sus mismos actos.
La estupidez del amor siempre será aconsejable entendida como inocencia.
Lo cierto es que cada día perdemos alguna neurona y nos aproximamos a esa "estupidez original".
ResponderEliminarHay otra clase de poetas, aquellos que viven y sienten lo que expresan, y ellos mismos son una prolongación de sus versos, y así se definen en sus mismos actos.
La estupidez del amor siempre será aconsejable entendida como inocencia.
Te doy la razón en eo. Hay dos clases de amor: aquél en el que estás mirando extasiado a tu pareja, con la boca y no sé qué más abierta, con cara semidormida... y hay otra en la que tu vida y la de ella se funden para aprender mutuamente, para equilibrar un camino que por separado no se le podía encontrar tal medida. Y ciertamente el primero deja mucho que desear
ResponderEliminarLas bocas abiertas y la faz semidormida... ¿Quién se quiere desprender de tal éxtasis? Las moscas salen y entran de esa caverna pensando que nuestros dientes son pétalos y nuestra garganta es un cáliz, mientras nos sentimos henchidos de una felicidad inmensurable. En el fondo el amor es una enfermedad a la que todos deseamos sucumbir.
ResponderEliminarEl otro amor es equilibrio, puro funambulismo en la cuerda floja. Somos, entonces, acróbatas de un circo divino en el cual los seres están totalmente compenetrados.
Pero para llegar al amor puro primero debemos pasar por la mera fascinación, cara del sentimiento que nos hace sentir capaces de coger el sol con las manos, después lo miras de cerca y ves que el sol se ha convertido en la luz del universo. Tanto el amor equilibrio como el amor ilusorio son las dos caras de una misma moneda y por lo tanto tienen idéntico valor
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