Como mucho tiempo le hice caso, ahora no quiere perder su oportunidad, ayer
por la noche aún estuvo un rato conmigo, pero me dormí pronto. Y esta mañana,
mientras Quico estaba en el baño oyendo una cinta. Ahora coge las mías,
¿sabes?, y eso me anima. Como me dijo un día, tiene algunas canciones buenas,
pero yo creo que es toda. No las grabé todas para él, aunque tú sabes que la
mayoría de las canciones si. También hice algún detalle para mí, como el pensar
que cada cinta puede llegar a ser una vida y grabar "E.E.U.U. por
África" en todas, en casi todas. Hoy he vuelto a caer. Me temo que ya no
hay lucha. Que lo ha destrozado todo el día de ayer. Bueno, no pienses eso,
mañana es sábado, vas a ver como lo conseguirás de nuevo. No te pongas así. Ya
me estás pareciendo de ésos que no creen en la esperanza. Además, ¿crees que
eso que dices tú mucho "o todo o nada" puede verse en la vida?. No,
hombre, en la vida hay que luchar por conseguirlo. Ya has oído eso muchas
veces, ¿no?.
Bueno, ya sabes que no debes desanimarte. Ahora vas a decirle
cualquier cosa a Malena y se pone en ese plan insoportable.
Llegó hoy mi madre de Ramallosa en la moto y un montón de ramas
con hojas atrás para adornar la iglesia; esta tarde debería ir. Le pregunté si
iría y me dijo que si. Pienso que estas preguntas, aunque parezcan tontas,
llegan a agradar. Creo que me dijo que eran camelias, aunque a mí no se me dio
por aprenderlas. A ella sé que le gustaría, a mí también me gustaría mostrarle
que quiero aprender y me fijo, pero estoy más preocupado por la vida. Bueno, no
es ésa la razón, pero yo no encuentro otra mejor. Nunca quise ser de ideas
únicas, pero tampoco acepto que me las metan a la fuerza. Y me resulta extraño,
porque yo siempre podría conseguir la meta que me propusiese. Lo primero que me
dijo ella al detener la moto, fue; ahora no recuerdo las palabras justas, pero
no fueron. "Habría que traer" o "¿Sabes dónde hay"; creo
que fueron: "Ya sé que no hay ningún cubo". Eso me sentó como un
tiro, y le pregunté. "¿Quieres que te traiga un cubo?". Pero estaba
de malhumor. No debía haber dicho aquello. Después le dije que no había
terminado la bandeja porque faltaba un agujero, y ella me dijo: "Claro,
pues no tenías nada más que hacer. Seguro que, al marchar yo, sentaste el culo
para escribir". No sé por qué, pero me fastidia, y creo que es por el
tono. Lo noto muy por encima y no estoy de acuerdo con que sea así la mejor
forma de llevar una familia. Me parece que eso será lo que guíe mis mentiras.
Recuerdo que en la convivencia, un rato antes de que nos fuésemos, antes de la
comida me parece, un chico me preguntó: ¿Cuántos besos llevas?. A ver quién da
más. Yo ya he dado cinco. Aquellas palabras, no les di mucha importancia,
cuando hube llegado a casa, creo que a partir de ellas se gana uno la fama de
besucón. Le conocía, había ido ya a muchas convivencias, y creo que le dije que
ya veríamos, pero lo que me ocurre a mí es que el significado de un beso no es
un dar por dar. En aquel momento estuve de acuerdo con él, pero después me di
cuenta. Tampoco quiero decir que sea algo por algo. Antes iban más amigas y
daba más. De quienes me quedó la pena fue de aquellas dos chicas de Fornelos,
aunque me dieron la dirección, pero pasaron cinco días y estoy indeciso.
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