fue aquella chica de Pontevedra y Yoyi, aunque Yoyi no me diera la
dirección, pero espero encontrarla otra vez pronto. Es un beso sólo para las
chicas especiales. Como ya estamos en verano, ya empezó la época de fiestas. El
otro día fue la de San Pedro. Como Nacho está en la mili, fui con Quico. Antes,
cuando iba Nacho, quedábamos para una hora en un lugar, para volver a casa.
Ahora, el primer día que fuimos a San Pedro, me dijo Quico: Tú vuelve cuando
quieras. Ya eres mayorcito para necesitar de niñeras. Volví sobre las dos y
pico. Allí encontré a Loli y sólo ella bailó tres, aunque salteadas. Me parece
que ya te lo dije; además, no es esto lo que te quiero decir. Ayer cuando llegó
Quico, dijo: Voy a la fiesta de Gondomar, ahora vi que también te lo dije.
Bueno, ahora por la tarde, Quico salió, creo que fue a la reunión de San
Pelayo, y me dijo: A las once estate preparado, no sé si dijo para ir a la
fiesta. Unos segundos después reaccioné y le dije: ¿A la fiesta de Gondomar?.
No, no voy a ir; no recuerdo si le dije algo más. Él me respondió: Pues si tú
no vas, yo tampoco. Me molestaría que fuese así. Estoy intranquilo. Y me quedé
siguiendo con la bandeja, pero pensando. No quiero que por mi culpa, no vaya
él. Tiene muchas más conocidas que yo y le doy más derecho a la vida. Cuando
más tarde llegó mi madre, estaba animado con la bandeja. Y, después de un rato,
se lo dije: ¿Me dejas ir a la fiesta?. Quico me recoge a las once. Fue culpa
mía. Hice mal la pregunta. Ella me dijo: ¿Todo el día sin hacer nada, se marchó
por la tarde y ahora vendrá para ir a la fiesta?. No vais a ir. No sé qué más
dijo. Yo murmuré: Es culpa mía. ¿Qué es lo que harías tú?. Quizás no te
importaría y al final irías a Gondomar. Haces bien. También yo lo haría. Me
gustará que vengas y vayamos. Así, siendo un monigote y siendo todos tan
parecidos ¿cómo esperas que entienda la vida?. Pediré para que te vayas. No
merece que pierdas un poco de paciencia por mí. Total, va a ser algo que se va
a echar contra mi vida. Me bañaré y me lavaré la cabeza como si fuera a ir,
pero eso también lo podría hacer si me fuese a quedar. No mereces perder el
tiempo por mí. Déjame feliz a mi manera. Una manera que la vida me exige, así
que no estoy enfadado. No importa, vete tú. Tú tienes que disfrutar.
Mi fiesta, ya te dije, es ir a la discoteca 2000. Y aún quedan
otras fiestas. Seguí haciendo la bandeja, pero ya estaba preocupado.
Más tarde, debían ser las ocho más o menos, le pregunté a mi
madre si necesitaba el jabón. Me iba a lavar la cabeza y a bañar. Y así lo
hice. Cuando terminé y entré en la cocina, ya estaban tomando sandía y mi padre
pescado. Mi madre dijo que se iba a levantar a ver qué había, mientras yo me
había sentado en el sillón largo. Le dije que no, que sólo tomaba sandía. Yo no
quería que se levantase. Dijo que iba a hacer un bocadillo o un sándwich y mi
padre, ya lo sabes, como siempre. No sé qué fue lo que dijo, pero ya te lo
imaginas. Yo, amedrentado, reconociendo que no debí de haberme bañado, le dije:
Entonces no hagas nada, me voy. Aquello fue peor, mi padre entonces
se sulfuró. No debí decirlo, bien, entonces dime qué haría. ¿Qué es lo que
queréis?. Tengo que venir, y el tributo es oír todo esto. Entonces, ¿qué
queréis que haga?. Si me quedo, a oír sandeces parecidas, y si no, preces. ¿No
te molestabas por que hubiera entrado ahora?. Entonces digo que me voy y
también tengo que oír preces?. ¿Sabes cómo estoy yo ahora?. Más tarde vino
Quico y, cuando le pregunté, me dijo que no iría. Me quedé mucho más tranquilo.
una frase que me traía de cabeza en mi padre, era ésa que decía "No sé si
es tonto o se lo hace". Y me parece que yo tenía razón, porque yo era el
origen de ese comentario, pero me caía como un flechazo, aunque no lo hacía con
esa intención. Y me callaba, yo no sabía qué poder decir. Me quedaba dudando,
no sé si ellos necesitaban cada día para aprender un poco más, y hasta dudaba
que lo quisiesen. Un día estaba jugando con un chico y una chica (bueno, un
día, no, perdona, fue hoy, no sé por qué te lo dije de esta forma).
Fue en la Romana, había ido a Ramallosa por la tarde a buscarle la bici a
Alfonso porque se me había pinchado esta mañana. Paré allí cuando subía con la
bici porque les vi jugar al baloncesto, lanzando un balón. No recuerdo cómo se
llama el chico, pero me dijo que yo le gustaba a ella. Me quedé sin saber
hablar. Puede que eso fuera cierto, en realidad me gustaba pensarlo así. Pero
aquellas palabras lo que hicieron fue profundizar más en mi duda. Puede que por
eso la encontraba siempre al lado de Lourdes, y por eso la veía a veces en el
2000. No importa, no sé si soy un iluso cuando espero que la chica que me
quiera me lo diga.
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