No llores!,
perla.
El ocaso no arrasa
todo;
el tiempo
engendrará una
madrugada
con más amor y
felicidad que hoy.
El ocaso pasará
bajo los arcos de las
horas
y la aurora seguirá
al crepúsculo;
la noche se irá
muriendo en un pozo seco
y el sol volverá a
aparecer.
El gallo cantará la
mañana,
el nacimiento del día
otra vez.
Y la sonrisa
regresará de nuevo a tus labios,
a florecer los
jardines del sentimiento.
No llores más! porque
las lágrimas manchan tu cara
y no dejan ver
la blancura de sus
pestañas: la llenan de surcos.
Tus ojos pierden la
alegría
de ver un nuevo
amanecer… y amanecerá.
Y el brillo que
reflejan muere.
Mi amor agoniza en
las alas
de la águilas rosas
que pasan
por las ventanas
abiertas.
No más! Porque
no eres la misma
en mi alma,
me pareces extraña.
Y porque mi
alma
quiere vivir.
-
1982 –
No hay mucho que decir cuando te acercas a lo formidable... Me recuerda a una canción conocida!!!
ResponderEliminarHay versos que definen a Fausto: el ocaso no arrasa todo, pasará bajo los arcos de las horas,alas de las águilas rosas: me gustaría tener esa canción conmigo y escucharla. El amanecer después del ocaso: es una manera de verlo. Pero no es un poema de amor, aunque sus imágenes nos lleven a sentir un apego emocional ante el sentir.
ResponderEliminarEs una canción con muchos cuerpos y muchas almas, sobre todo de esperanza y de aliento...
ResponderEliminarEn este tiempo que llevamos con Fausto entre nosotros es lo primero que trasciende en sus poemas: un aroma a esperanza. Cuando aceptas lo que sucede te identificas con el tiempo que pasa y el dolor lo ves de otra manera: no desaparece, pero de alguna manera te acomoda. Seguro que la canción es una respuesta de un alma que también lo ha sentido
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