No
me distrae el destino
ni el sendero ni el mañana
ni
lo que hace aquél
ni
lo que puede hacerme
ni
que el día se nuble
y
no haya luz.
Tampoco
el presente:
lo
que me obliga,
lo
que me encierra…
ese
hoy que muchas veces me machaca
y
me exprime,
el
olvido que se aferra a mí.
Más
me distrae lo que llevo dentro
y
va conmigo…
y
tropieza.
-1988-
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