No me preguntes
quién
ha dejado caer sus vestidos
sobre el agua blanca y ha vertido su
sangre
sobre el cauce de plata,
quién no ha hecho más que secar el cobre
que retenía la luz.
No me preguntes quién le ha podido
cortar las alas
que eran su vida,
cuando ella siempre habitó en las cumbres,
erguida,
sin dolor.
No me preguntes quién,
no, no me preguntes quién.
--2004-
¿Cómo reponerse a ese "quién"?
ResponderEliminarDe ninguna manera: ¿quién soy?, ¿quién eres?... no somos los dueños de todo, ni de lo que conocemos somos dueños: "¿quién?" es el dueño.nunca dejaremos de preguntarnos, porque todo lo desconocemos: es nuestra pequeñez
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