No encuentro cabida en este mundo
porque no llega mi
mundo al de ellos
y no tratan de
comprender.
Soy una extraña
en un mundo de
personas extrañas
para mí.
Necesito escapar,
crear un mundo nuevo…
de fantasía.
No sé si está bien,
no voy a dejarme
domesticar.
Me siento prisionera
en una jaula de acero
y quiero salir, pero
es imposible:
de aquí es imposible
salir.
Busco nuevas
fronteras,
pero debo callar.
No puedo, tengo que
seguir;
sólo en el camino de
la verdad encuentro el amor
y me refugio en él.
Pero, cuando miro
hacia atrás,
su mirada asesina me
sepulta,
me quiere acallar.
Quisiera borrarla, pero
no puedo,
siempre la tendré
conmigo… y es mayor a la fuerza que yo tengo:
no la puedo soportar.
Una mirada
traicionera: que a veces habla,
pero otras mata sin
razón
y me impide que
reaccione.
Mi vida empieza a ser
un fracaso:
hay muchas miradas,
pero sólo una es
mortal.
Es cruel y mentirosa…
aquí sonríe,
allí se hace
oscuridad.
1982
A veces la fantasía se convierte también en una jaula de acero con un baño de oro... El éxito en el fracaso es tan difícil de conseguir como una buena posición social en una vida acomodada y sin divergencias. Si eliges la cuesta abajo, o te empujan a caer, brinda por el éxito en todos tus propósitos, que nadie te hurte la libertad de la desesperanza...
ResponderEliminarTambién a veces la fantasía se convierte en libertad para quien la siente. Sea cual sea el camino, que te llene por dentro porque nadie puede escapar del que te dicta la vida. Estés donde estés, que tu camino se tiña de un color de esperanza
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