pero me la calentará Pily. A ver si hoy nos acordamos de preguntar por la libreta. Extraje de ti todo lo que le conté ayer que le gustó tanto. A ti sé que también te gusta, que no naciste para estar parado, inmóvil. Tu alma es como la mía, como la de un niño: te gusta conocer más y más paisajes. Tú sí que te alimentas de esos ojos que proporcionan las palabras: ojos todos distintos, nuevas miradas… es ese llenar el tiempo que siempre pregonabas en tus mensajes.
Yo
quiero que tú les des el valor para la vida, el calor de la sonrisa… será una
forma de pensar que estoy cada vez más dentro de él que lo pueda llegar a creer
todos los días. Será mi pequeño ofrecimiento a esta mañana que me cobija bajo
sus brazos. Nuestro diálogo, nuestras bellas imágenes se fueron llenando de ti,
de todo tu esplendor.
Tú
debes estar con ellas para darles esa palabra que siempre quisieron encontrar.
Y descubrirles otras nuevas, nuevas palabras parecidas a ti. Tan unidos, tan
dichosos… a veces parecemos distantes, pero sé que cada mañana, esos primeros
rayos de vida: yo te los quiero dedicar. Y hacer pequeños barquitos de papel
para cada uno como cuando era niño, cuando jugaba en los caminos, en las
aceras, en cualquier rincón: allí también estaba jugando contigo.
Quiero
soñar contigo, la mañana me presenta esa paz que tranquiliza mi alma, la mañana
tiene el sabor fresco a un nuevo día: ni el rocío reseco del ayer ni las nubes
tenebrosas del mañana. No, sólo estás tú y yo levanto la vista cada vez más
porque quiero que todo eso que alcance a contemplar te traiga un después… y yo
quiero haberte conocido en mi soledad: así sabré que no ha existido gracias a
ti.
Quería
escribir un poema, se me fueron las ideas y no lo hice… bueno, ya se me
ocurrirá. Siempre estaré buscando tu nombre, sé que no es estar sin hacer nada:
es el regalo que me ofrece la madrugada al estar aquí, sentado, compartiendo
cuanto que me quieras dar. Yo también necesito que esté ella conmigo, pues
habrá palabras que salgan de su boca directas a ese tan ancho amanecer que
guardas en tus entrañas. Yo también, porque aunque el frío no me deje apenas
hablar, siempre estaré sintiendo calor en el corazón, un calor que impulse mi
libertad a volar cada vez más alto como todos los días cuando esperaba sus
palabras.
Conocí
a una niña, Guadi: me encantó. Hablé un rato con ella, ella pasaba, yo le miré
y dijo: ¡Hola!… sus palabras acompañaron el semblante del amanecer. Ella
también sonreía: su sonrisa brotaba de esa misma infancia, de esa infancia tan
llena de luz que prolonga el alma. Esa grandeza que dibuja unos cabellos rubios cobijando esa mirada reservada al
amanecer. Y siempre hay unos ojos a los que se puede llamar en el silencio, unos
ojos que enciendan todo lo que tienen de brillante para que te ayuden a
encontrar eso que perdiste. Siempre esos ojos y esa hermosa mirada se quedarán
contigo, brillando, siempre sabrás quién es ella… madrugada te dirá que también
ella se ha enamorado de aquel fulgor.
Ya
he vuelto. He hablado más con Pily. Le dije a Conchita que también a ella le
quería, si me quería y me respondió que le quería más a Pily: me preocupó,
aunque sé que cuando hable con ella lo entenderá. Tal vez sea ese algo que ella
siempre estuvo esperando. Esa voz que parece llamarle, esa sinceridad… o es que
a mí me agrada que sea así. Si, es cierto, me agrada, pero esa luz es algo que
nos agrada a los dos: aquella luz que brilla a nuestra presencia, que existe
sólo entre nosotros, aquella luz que está hecha de lluvia, de sol, de
despertar. Y es común a los orígenes de cada sonrisa. Nos deja vivir
tranquilos, a su manera, sembrando felicidad.
Pero
ahora no te contaré tantos problemas. Me gusta ir a Vigo. Ya sabes a quién besé
en Vilariño, también Paz por mi cumple y ella con Loli irán al 2000. Aunque me
molestó Susana: le dije que me tenía que felicitar y algo más. “Ya sabes que
no”; no sé, mi esperanza no había muerto entre ella y yo. A ver si… poema. A
veces nos portamos como chiquillos sin razón y corremos en grandes bandadas a
dónde el viento, no importa cuál sea la razón que nos escriban sus ráfagas en
el viento: nosotros nos sentimos capaces de continuar
La
obra que concluyó la alegría al irse, nos sentimos padres todos de esa
esperanza legada al desaparecer de nuestras vidas, ahora ya no nos podemos
perder el ánimo que aviva nuestro encuentro y lo hace más común cada vez.
Infancias que no pasan, infancias que muchas veces buscan esconderse: todos
somos chiquillos sin temor al ocaso, aunque a veces lloremos por las noches,
aunque nuestro silencio haya sido testigo de múltiples dolores: todos somos
chiquillos sin pensar en ese mañana tan doloroso. Porque sabemos de verdad que
las lágrimas igual que vienen se marchan llevando con ellas cuanto pudo ser
desagradable un día.
- No hagas caso, ya viene el frío y vas a irte.
¡Llévame contigo!.
- Te llevaré, tienes aún mucho de qué hablarme y
quiero decirte que no es poco cuanto me das: quiero aprovecharlo un poco más
cada día. El frío no importa, estás tú… pero como tantas veces me gusta que sea
la luz de la luna quien me lleve a tu alcoba. Quiero sentirme seguro una vez
más y mañana comprender que me has ayudado a pasar un nuevo día. Serás el
puente que me una a ellas,
mi otra felicidad esperada en el silencio de una hora,
en la soledad de un paisaje. Serás la transformación de toda esta necedad de
palabras que te digo hoy.
Eso digo yo: ¿qué calentará a Pili que Pili no se calienta conmigo?
ResponderEliminar"no naciste para estar parado, inmóvil. Tu alma es como la mía, como la de un niño: te gusta conocer más y más paisajes. Tú sí que te alimentas de esos ojos que proporcionan las palabras: ojos todos distintos, nuevas miradas… es ese llenar el tiempo"
"Quiero soñar contigo, la mañana me presenta esa paz que tranquiliza mi alma, la mañana tiene el sabor fresco a un nuevo día: ni el rocío reseco del ayer ni las nubes tenebrosas del mañana. No, sólo estás tú y yo levanto la vista cada vez más porque quiero que todo eso que alcance a contemplar te traiga un después…"
"habrá palabras que salgan de su boca directas a ese tan ancho amanecer que guardas en tus entrañas"
"su sonrisa brotaba de esa misma infancia, de esa infancia tan llena de luz que prolonga el alma. Esa grandeza que dibuja unos cabellos rubios cobijando esa mirada reservada al amanecer. Y siempre hay unos ojos a los que se puede llamar en el silencio, unos ojos que enciendan todo lo que tienen de brillante para que te ayuden a encontrar eso que perdiste. Siempre esos ojos y esa hermosa mirada se quedarán contigo, brillando, siempre sabrás quién es… la madrugada te dirá que también se ha enamorado de aquel fulgor"
"esa luz es algo que nos agrada a los dos: aquella luz que brilla (en) nuestra presencia, que existe sólo entre nosotros, aquella luz que está hecha de lluvia, de sol, de despertar."
"A veces nos portamos como chiquillos sin razón y corremos en grandes bandadas a dónde el viento, no importa cuál sea la razón que nos escriban sus ráfagas: nosotros nos sentimos capaces de continuar"
"todos somos chiquillos sin temor al ocaso, aunque a veces lloremos por las noches, aunque nuestro silencio haya sido testigo de múltiples dolores: todos somos chiquillos sin pensar en ese mañana tan doloroso. Porque sabemos de verdad que las lágrimas igual que vienen se marchan llevando con ellas cuanto pudo ser"
"como tantas veces me gusta que sea la luz de la luna quien me lleve a tu alcoba."
Echaba de menos estas aportaciones tuyas. Perdona si a veces me ves un poco alejado de este espacio, pero enfrentarnos cada día al mundo nos arrastra a veces. Y veo que aún mantienes esa chispa de humor que da vida a los de tu alrededor. Fausto segurro que se sentará a solas para reconstruir lo que tú le señalas cin ilusión
ResponderEliminarPensé que ibas a decir: "que da vida a los de tu especie".
ResponderEliminarDe las reconstrucciones nacen los nuevos templos reconstituidos...
Me gusta tu poesía oculta porque emana la sencillez de lo bello.
Releyendo, creo que otro animal distinto juega al poema (un Fausto que aúlla y deslumbra). Tendrías que trabajarlos y recogerlos como una experiencia distinta, con un nombre distinto...
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