No hay miradas
que puedan enturbiar
tu compañía
porque tú me
enseñaste a destruirlas
a través de la
sonrisa.
Vuelve el viento a
llevar su cauce:
vuelve a mí
y se lleva mis
sueños;
sólo ellos tenían una
fuerza capaz
de proyectarse en
cualquier lugar.
Lugares desde donde
se ve la llanura
y el reino,
pero también la
sequedad, el hambre.
Para sembrar flores
se necesita agua
y amor, sólo amor… y
esa compañía que está descendiendo
a pasos agigantados
hacia mí.
Es una ilusión el fuego que me
destruye
y me quita la razón;
aún no sé por qué lo
hace:
puede disolverse en
el aire
y ser un aire sin
retorno.
Todo lo que destruye crea, crea sobre las ruinas un nuevo tiempo aunque sintamos que el aire se diluye sin sustancia.
ResponderEliminarFausto nos encadena imágenes sacadas de su interior como mundos de fantasía, pero que nos conducen a alaa realidad más simple del sentimiento. "Es una ilusión el fuego que me destruye y me quita la razón". Se le puede decir que le faltan otras para plasmr lo que siente, lo que vive, pero no se le puede reprrochar la sencillez con que describe sus argumentos
ResponderEliminarEs un poeta de arqueologías (desentraña y desentierra significados).
ResponderEliminar¿Quién no ha indagado por los sueños y por otras vidas queriendo encontrar significados?. Fausto sólo nos define perspectivas. No son tan importantes los bienes materiales, aunque hoy en día sea lo que tenemos delante
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