“por comodidad”, diría Isabel (y algo de eso
puede ser) porque siempre temía romperlo. Hoy me lo pasé.
Lo pongo en la muñeca y después lo giro. Tengo
ganas de seguir leyendo el libro de Follas Novas. Intento traducir los poemas
al español. Pero lo tengo que leer tranquilo: lo empecé a leer en la cama
No es mucho el roce que tengo ahora con Claudina, aunque sigo pensando que me
gustaría que me lo hubiese dicho antes, creo que sólo le dije hola uno o dos
días: un día que iba a buscar pan y un domingo, no recuerdo más. Bueno, el
pantalón blanco y llevaré la camisa azul a rayas verticales.
Voy a andar un poco, que me aburro. A lo mejor
entro en la cocina. Entré y cogí un damero.
Bueno, está la luz encendida: voy a hablarte de
cualquier cosa. Este domingo a Pily y el próximo a Luisa. Bueno, porque bailé y
Sauli tiene novio, ¿qué te parece?. Además, creo que en el centro que me
dijeron en autobús se trabaja con materiales tan diminutos.
Voy a dejarte, no se me ocurre nada: voy a leer
a Rosalía. Estoy aquí, en Ramallosa, voy a ir a Vigo, me dijo un chico que las
tres están en el centro. Bueno, vamos a esperar para que quede en la tienda.
Tengo que llamar a Pily, no sea que me quiera venir el viernes, día de todos
los Santos: pensaba decirle que iría yo, pero no voy a poder por el día que es.
Salir pienso salir, y si es así no voy a saber a qué otro sitio. Bueno, ahora
estoy escribiendo. El problema va a ser Ana… Bueno, ya veré. Yo te tengo a ti
al menos, me molestaría estar pasando de un lugar a otro, como hay alguien que
hace.
Me dicen “Hola”, pero no sé realmente lo que
estarán pensando aunque no creo que piensen mucho porque si fuera en otro
momento pudiera, pero una mañana, mientras espero que venga una chica, aunque
ellos no lo saben. La respuesta será al final, como siempre es así. No me sale
nada acorde. Estoy viendo aquí el pantalón gris que no se rompe, me da más
seguridad. Ya cogí varias hojas más, junto a la mesa de Quico había papeles
tirados y cogí las dos hojas grandes que había. Pero ya vi donde tiene la
papelera y está llena.
Cuando el señor me dijo que estaban allí al
principio no me lo creí, pero los dos sitios coinciden en estar en el Calvario:
es una pista. A ver si en Vigo me acuerdo de comprar sellos y sobres: si es así
veré a las tres antes de lo que pensaba. Bajé la cazadora azul, pero la pienso
dejar en la tienda. Fueron esos últimos consejos: que esperes tú, lleva algo de
abrigo. Yo contentísimo por marchar. Ya se levantó a las ocho y media diciendo:
“Me olvidé de avisarte”: ya estaba yo preparado tomando la leche. Yo
contentísimo, ¿no?. “Sácame la moto. Tú ya tienes que bajar. Guardo los
perros”. ¡Ay! y la leche. Voy a buscarla cuando venga. Me alegra que piense
así. Como le dije a un señor cuando me trajo, la ilusión hace más que las manos
o los ojos o toda la mente. La ilusión reside en ese trocito del alma…
Ya no puedo escribirte más. Me llamó ella, me
dijo:”Lo importante es que aproveches”. ¿Quién piensa en aprovechar?. Les
enseñaré a hacer cestos, varias cintas, llevaré cintas, me gustan todas. Casi
son todas chicas: Teresa y Begoña también.
Ha pasado ya un tiempo. Ahora tengo un poco descuidado
el hablar contigo porque estoy recogiendo los poemas sobre la amistad. Hoy lo
hago porque se me acabó el bolígrafo y no quiero usar otro color hasta comprar
la barra el lunes. Sigue habiendo alguna que otra riña, a veces seria, pero no
le doy tanta importancia porque ya sabes que escribir un poco es mi desahogo.
Teresa me dijo que el próximo día iría al baile, que le invitaba yo. Por una
bueno, pero ahora que la idea la dio Mayte y Tere dijo que iba a ir con el
chico que salía. Me pareció oír “tú” cuando se lo pregunté al principio, pero
todos quisieron interesarse y se calló. Cuando hacía stop me pareció ver el
coche de las tres chavalitas: allí iban cuatro o cinco y por eso no paró.
Aunque pienso que si eran cuatro y no paró quedaría un sitio libre. Bueno, en
el bar Esquina estaba escribiendo y me pareció ver a una chica que se sentó en
otra mesa que me miró varias veces: llegué allí y le dije que me guardaran unos
cestos, pero hoy vi que era una cocina. Al marchar me acerqué y le dije: “Te
vas a enfadar, pero voy a entrar ahí a cogerlos”. No creo que le pareciera mal.
Hasta me dio la impresión que levantó un poco la voz porque vio que a mí me
gustaba oírlas, incluso encendiendo la luz para que viese mejor. Ahora ya van
más a Ramallosa, pero a tantos no, les diré lo de Abadía. Ya os hablé de la
salud de mi tío… Pily no va, hoy me animó un poco, a Pily no le gusta Jose, se
acercó con sus abracitos. Entonces Teresa le dijo: “Pily, vete a tu trabajo”.
Creo que un domingo voy a hacerles felices, a Tere le recordé lo de la semana
que viene y me dijo que en esos días arreglamos lo del domingo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario