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Con estas palabras os doy la bienvenida y mi mayor agradecimiento a vosotros que sois los que hacéis posible que este blog se mantenga activo y vaya renovándolo cada poco tiempo. Mi deseo es que el contenido de este blog os aporte diferentes emociones y sentimientos. Un abrazo cariñoso también a todos los que estáis ahí y formáis parte de esta poesía y a todos los que quieren también formar parte de ella, a las nuevas incorporaciones: un abrazo de bienvenida a todos ellos



domingo, 8 de diciembre de 2013

Decía que no sabía ponerme el reloj

 “por comodidad”, diría Isabel (y algo de eso puede ser) porque siempre temía romperlo. Hoy me lo pasé.
  Lo pongo en la muñeca y después lo giro. Tengo ganas de seguir leyendo el libro de Follas Novas. Intento traducir los poemas al español. Pero lo tengo que leer tranquilo: lo empecé a leer en la cama  No es mucho el roce que tengo ahora con Claudina, aunque sigo pensando que me gustaría que me lo hubiese dicho antes, creo que sólo le dije hola uno o dos días: un día que iba a buscar pan y un domingo, no recuerdo más. Bueno, el pantalón blanco y llevaré la camisa azul a rayas verticales.
  Voy a andar un poco, que me aburro. A lo mejor entro en la cocina. Entré y cogí un damero.

  Bueno, está la luz encendida: voy a hablarte de cualquier cosa. Este domingo a Pily y el próximo a Luisa. Bueno, porque bailé y Sauli tiene novio, ¿qué te parece?. Además, creo que en el centro que me dijeron en autobús se trabaja con materiales tan diminutos.
  Voy a dejarte, no se me ocurre nada: voy a leer a Rosalía. Estoy aquí, en Ramallosa, voy a ir a Vigo, me dijo un chico que las tres están en el centro. Bueno, vamos a esperar para que quede en la tienda. Tengo que llamar a Pily, no sea que me quiera venir el viernes, día de todos los Santos: pensaba decirle que iría yo, pero no voy a poder por el día que es. Salir pienso salir, y si es así no voy a saber a qué otro sitio. Bueno, ahora estoy escribiendo. El problema va a ser Ana… Bueno, ya veré. Yo te tengo a ti al menos, me molestaría estar pasando de un lugar a otro, como hay alguien que hace.
  Me dicen “Hola”, pero no sé realmente lo que estarán pensando aunque no creo que piensen mucho porque si fuera en otro momento pudiera, pero una mañana, mientras espero que venga una chica, aunque ellos no lo saben. La respuesta será al final, como siempre es así. No me sale nada acorde. Estoy viendo aquí el pantalón gris que no se rompe, me da más seguridad. Ya cogí varias hojas más, junto a la mesa de Quico había papeles tirados y cogí las dos hojas grandes que había. Pero ya vi donde tiene la papelera y está llena.
  Cuando el señor me dijo que estaban allí al principio no me lo creí, pero los dos sitios coinciden en estar en el Calvario: es una pista. A ver si en Vigo me acuerdo de comprar sellos y sobres: si es así veré a las tres antes de lo que pensaba. Bajé la cazadora azul, pero la pienso dejar en la tienda. Fueron esos últimos consejos: que esperes tú, lleva algo de abrigo. Yo contentísimo por marchar. Ya se levantó a las ocho y media diciendo: “Me olvidé de avisarte”: ya estaba yo preparado tomando la leche. Yo contentísimo, ¿no?. “Sácame la moto. Tú ya tienes que bajar. Guardo los perros”. ¡Ay! y la leche. Voy a buscarla cuando venga. Me alegra que piense así. Como le dije a un señor cuando me trajo, la ilusión hace más que las manos o los ojos o toda la mente. La ilusión reside en ese trocito del alma…
  Ya no puedo escribirte más. Me llamó ella, me dijo:”Lo importante es que aproveches”. ¿Quién piensa en aprovechar?. Les enseñaré a hacer cestos, varias cintas, llevaré cintas, me gustan todas. Casi son todas chicas: Teresa y Begoña también.


  Ha pasado ya un tiempo. Ahora tengo un poco descuidado el hablar contigo porque estoy recogiendo los poemas sobre la amistad. Hoy lo hago porque se me acabó el bolígrafo y no quiero usar otro color hasta comprar la barra el lunes. Sigue habiendo alguna que otra riña, a veces seria, pero no le doy tanta importancia porque ya sabes que escribir un poco es mi desahogo. Teresa me dijo que el próximo día iría al baile, que le invitaba yo. Por una bueno, pero ahora que la idea la dio Mayte y Tere dijo que iba a ir con el chico que salía. Me pareció oír “tú” cuando se lo pregunté al principio, pero todos quisieron interesarse y se calló. Cuando hacía stop me pareció ver el coche de las tres chavalitas: allí iban cuatro o cinco y por eso no paró. Aunque pienso que si eran cuatro y no paró quedaría un sitio libre. Bueno, en el bar Esquina estaba escribiendo y me pareció ver a una chica que se sentó en otra mesa que me miró varias veces: llegué allí y le dije que me guardaran unos cestos, pero hoy vi que era una cocina. Al marchar me acerqué y le dije: “Te vas a enfadar, pero voy a entrar ahí a cogerlos”. No creo que le pareciera mal. Hasta me dio la impresión que levantó un poco la voz porque vio que a mí me gustaba oírlas, incluso encendiendo la luz para que viese mejor. Ahora ya van más a Ramallosa, pero a tantos no, les diré lo de Abadía. Ya os hablé de la salud de mi tío… Pily no va, hoy me animó un poco, a Pily no le gusta Jose, se acercó con sus abracitos. Entonces Teresa le dijo: “Pily, vete a tu trabajo”. Creo que un domingo voy a hacerles felices, a Tere le recordé lo de la semana que viene y me dijo que en esos días arreglamos lo del domingo. 


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