Quisiera que me
ataras bien fuerte
y no me dejases
respirar:
quisiera que me
hicieses sendero tuyo,
que no pudiera
retroceder,
que siempre recordara
tu nombre.
Quiero
saberte reconocer como la ola de la espuma.
Un hermoso deseo para cualquier tiempo y cualquier edad!!!
ResponderEliminarSaliendo del bosque uno llega a ver la claridad del bosque, lo que los árboles continuamente le ocultan
ResponderEliminarOcultaciones y brillos componen la belleza subyugada!!!
ResponderEliminarRaúl
Tres afirmaciones componen un singular conjunto, si la belleza es belleza por estar oculta nunca podían decir tanto en tan pocas palabras. Y un sabor a frescura que como toque final remata el sendero: "Quisiera saberte reconocer...", más un deseo que un sueño. Son tres "quisieras" pero que no tropiezan el uno con el otro
ResponderEliminarTal y como apuntas: ¿esos "quisieras" nunca te dejarían caer aunque la zanja del deseo fuese demasiado grande?
ResponderEliminarTres "quisieras" que tienes un sólo fin: elevar la esencia de la mujer quizás de una forma personal y dulce. En verdad son cinco versos, el último extiende la imagen femenina en el tiempo
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