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Con estas palabras os doy la bienvenida y mi mayor agradecimiento a vosotros que sois los que hacéis posible que este blog se mantenga activo y vaya renovándolo cada poco tiempo. Mi deseo es que el contenido de este blog os aporte diferentes emociones y sentimientos. Un abrazo cariñoso también a todos los que estáis ahí y formáis parte de esta poesía y a todos los que quieren también formar parte de ella, a las nuevas incorporaciones: un abrazo de bienvenida a todos ellos



jueves, 4 de junio de 2015

SILENCIOS NOCTURNOS





En medio de aquella turbulencia aturdidora 
desciende tumultuósamente 
el estrépito de aquel río 
que ya rompiendo con ímpetu 
mis islas afrodisíacas 
braman con el estruendo 
de nuestros silencios nocturnos...!!!

(03-Nov-11)


12 comentarios:

  1. La poesía que ama sólo sirve para el silencio, cualquier estruendo rompe su delicada pulcritud...

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  2. Desde el silencio, el estruendo lo idolatras o lo condenas, no hay término medio, pero a uno no lo entendemos sin el otro, tal vez escapando de uno nos encontremos a nosotros mismos. Un silencio nocturno es una mezcla de salvajismo y quietud

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  3. Nunca mejor definido. La sordera no es recomendable ni el ruido es virtud. Salvajismo y quietud es ese instinto a prevalecer...

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  4. Nunca llegaremos a entender del todo el silencio si no abarcamos sus abismos y nunca abarcaremos sus simas si no somos capaces de superar nuestros estruendos propios, casi instintivos.

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  5. Estruendos después de una fabada, no es aconsejable sufrir tales abismos ni ser la compañía abisal de sus quejas.

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  6. Esos estruendos son más fáciles de superar, pero asimismo necesitamos caminar por ellos para entenderlos, como todos, Mary Bell desciende con nosotros a ese mundo en que, a mi modo de ver, se desconoce, pero también resurge como una flor auténtica y nueva. Los silencios nocturnos los veo como esa especie de lapsus en donde te sientes presa de una emoción y a la vez dueña de ella

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    1. Hermosa imagen la de caminar sobre éter de legumbre ¡Qué todo lo superable sea una expresión de dádiva y bondad, aguardo que Mary Bell no encuentre groseras mis digestiones!

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  7. Una poeta, y Mary Bell me consta que lo es, siempre está abierta a aprender de todo aquello que nos aporte luz ya que nunca un estilo está cerrado completamente: el éter pudiera ser de legumbre o de cemento. El ejercicio que haces tú es integrar las imágenes y me parece así porque siempre vas descubriendo recodos que antes pasarían desapercibidos, pero percibes que no son sólo eso: recodos, sino parte de una generosidad más beneplácita.

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  8. Intento el beneplácito en todos los sentidos aunque acudamos a una dieta de alcachofas. Espero que se observe la luz al otro lado de la banalidad y si no es algo parecido a lo que "percibes" por lo menos que sean percebes. No intento meterme con ningún poeta sino tirar de la lengua a los arrecifes y discernir olas.

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  9. Y me parece bien, ya que de entre las olas hay majestuosas perspectivas. El ejercicio pues no es sólo ver la luz al otro lado sino también verla aunque ese otro lado no exista. Me gustó lo de aprender de todo aquello que nos aporte luz. Por cierto, no sé si los arrecifes te dejarán tirarles de la lengua, pero siempre se puede aprender de ellos, pues un arrecife sin un poeta estaría casi deshabitado

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    1. Tienes razón. Te propongo un cambio de interpretación: "besar lenguas de arrecifes y discernir olas".
      En todo caso, también, lenguas de escollos, materia y bosque de coral. No te diré dónde la voz se hace infructuosa si rescata peces de cada desvelo y atraviesa redes de presunción. Me gustaron tus palabras y las ensalzo como ciertas: "Entre las olas hay majestuosas perspectivas. El ejercicio pues no es sólo ver la luz al otro lado sino también verla aunque ese otro lado no exista".

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  10. Besar lenguas de arrecifes se me hace una imagen muy sensual y agradable. Sobre todo, entre las islas afrodisíacas de las que habla Mary Bell. Muchas veces nos perdemos en las imágenes buscando infinitos recodos y el único posible está ahí, ante nosotros: es el misterio del poeta pero también su fuerza; llega un momento en que necesitamos la sensación por la sensibilidad. Mary Bell nos traslada a su cascada particular en medio del bosque y se define en ella, lo que siente en ella. Y el deseo rompe la quietud que el silencio había concebido

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