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Con estas palabras os doy la bienvenida y mi mayor agradecimiento a vosotros que sois los que hacéis posible que este blog se mantenga activo y vaya renovándolo cada poco tiempo. Mi deseo es que el contenido de este blog os aporte diferentes emociones y sentimientos. Un abrazo cariñoso también a todos los que estáis ahí y formáis parte de esta poesía y a todos los que quieren también formar parte de ella, a las nuevas incorporaciones: un abrazo de bienvenida a todos ellos



domingo, 30 de diciembre de 2012

Pensaba ya terminar la hoja para regar los tomates


 y los pimientos de arriba, cuando ya los estaba terminando, llegó hasta mí enfurecida. Y dio comienzo la historia interminable que ya conoces. Una de las cosas que oí, era: Después, cuando veas el sol, entras. “¿O sea, tú me quieres decir que, en vez de escribir por la mañana, escriba con el sol?. ¿Y por qué no me lo dices con las palabras?. Después, que si este recado, o el otro, y todo eso. Nunca llegué a estar de acuerdo contigo. Y supongo que voy a sentir desorientado mucho tiempo. Hace días que no te escribo. En la fiesta de la Junquera devolví, ¿sabes?. El sábado, un corte de digestión. Lo dejo aquí porque me parece que ya te lo dije. El domingo no fuí y la tarde la pasé en cama. ¿Para qué oírlos?. El lunes fui, aunque se quejó mi padre, pero no bailé nada y lo pasé mal. Pero lo olvidé mientras volvía a casa al menos sé que el próximo domingo iré a bailar. Se me ocurrió una idea. Y es que todos esos poemas que hoy hago, pero los tiro porque no me gusta lo que digo o porque es un tema muy monótono, te los digo a ti. No quiero, cuando tire esos recuerdos, cuando les diga que ya les recordé otro día, que se vayan simplemente con el sabor a una mal partida. Eso no, quiero que sepan que han convivido conmigo unos instantes, y eso significa parte de una vida a mi lado. Quiero que sepan que se irá un poquito de mi amor con ellos, y luego, cuando le llame, os traerá de nuevo a mi mente. Me parece que te voy a dejar así.
  El último día de la fiesta de la Junquera, más o menos en el medio del tiempo, comprendí que Paz y Loli no habían ido, aunque Carola me hubiese dicho que si. Le gusta decirme mentiras, bueno, fue la única que no me dio una foto. Me senté en el murito al lado de un chico del grupo y le dije que me dedicase una lenta cuando saliese, pero al final no pasó nada. Al llegar a casa, escribí. Me la dedicas, y yo podré estar con quien quiera en el tiempo que ella me deje soñar. Sabré que es mío ese espacio, y la distancia que me separó de ella ya no existe. Y durante ese tiempo tendré tu palabra a mi lado para decirme que podrás apoyar mis ilusiones. Nosotros dos juntos, estos pasos los acabamos de idear nosotros mismos. Y este lugar señalará eso que siempre he deseado. No te olvides de dedicármela. Te espero.

    Pero no tenía ganas de escribir. Teresa estaba triste, le había muerto un amigo. Intenté un poema de ánimo. Piensa en todos aquellos momentos felices, habla con él, todavía sigue vivo si puedes contarle todo lo que te enseñó en un instante (Supongo que quedaría mejor decir “en esos años”). Yo quisiera animarle, decirle algo, pero también sé que te han herido. Ana ya me ayudó a vivir más tranquilo. Sé que hubo un día en que mi madre, al ver que discutía, me dijo: “Tranquilo”. Y me marché, pero decía: Si, así es como tengo que estar. Y tengo que olvidarte para serlo. Un día me arrepentiré; bueno, un día. Pero me sigue molestando el tono. El que, a veces, para llamarme, lo haga con una especie de alteración. Pero bueno, eso parece que es normal.
  Un día sé que apagué la luz del pasillo porque estaba encendida, y él me dijo: “Vamos a tener que andar a oscuras. No gastan tanto”. Creo que lo aprendí como una lección. Lo que no entiendo es lo que produjeron los animales en mí. Creo que yo también me estoy volviendo un animal. Creo que te conté aquella vez que dejé el maíz a la puerta del gallinero para coger una gallina que estaba en la basura, y al volver estaba el pato en el maíz. Cargué con mi pierna y le arreé una patada. Después me arrepentí. Me decía que me estaba volviendo un animal. Y cuando pillo a la gata gris subida a la cocina. Otras veces pienso: “Claro que me gustaría decir si porque si, pero hay algo que me lo impide. Me dijo mi padre me parece que por la tarde guardara las sillas. Y guardé dos verdes, pero quedaron tres de madera. No sé si fue porque me mandaron otra cosa o qué me pasó por la mente, pero eso nunca lo podré explicar. Y me dijo: “Ponte algo y sal fuera”. Y yo, inocente, pensé que era para meter la mesa. Para otra vez aprenderé. Porque me parece que tiré muchos poemas que no escribía.
   Dame ánimos en eso de grabar, a él le gusta el bien grabado, sobre todo cuando se marche mi madre. Hoy domingo fui a Vilariño. Vi a Teresa y a todos y, al entrar, Lence me dijo que fuera hacia delante. Y fui con Paco. Nos colocamos en el banco junto al altar, no enfrente, con Jacinto y Tere. Después pedimos los cuatro. Al salir y subir en bici fue también especial porque me encontré con Natalia, Vanesa y Melina. Me dijeron que les subiese. Y arriba me dieron un beso. Ya no estaban enfadadas.
  Pero al venir a casa me pregunté si había abierto los animales. Una niebla cubrió mis ojos. Al llegar a casa vi que no los había atendido. Pero me parece que nadie lo vio. Tenía pesadez de cabeza yo. Bueno, no pasó nada. El chico que murió era amigo de Susana, estuve pensando en no ir, pero Teresa me animó a que si. No me fijé, pero a ella también le había dolido aquella muerte.
  No me acuerdo de nada de lo que hice esta mañana. Estoy afeitado, pero no lo sé. Ni si tomé el desayuno. Pero quiero salir. El chico era primo de Susana. Pero fui al baile. Allí me encontré con Bety y estaba también Ana. Al final se enfadó otra vez, porque primero me dijo que bailaría al final me dijo, se lo pregunté las que yo quisiese, pero bailé tres y me pareció cansada, así que bailé una con Bety y después volví. Creo que me insinuó que bailase con ella. Me da algo así como un dolor de cabeza, como si siempre estuviera con lo mismo. Le dije que ella no sabía bailar y se enfadó. Me dijo que esperase hasta el próximo. Sólo me queda uno, porque el segundo me voy a Fátima.


2 comentarios:

  1. Felices fiestas, también. Estos días he estado desconectado del teléfono. Te debo una llamada.

    Vas a conseguir hacer un extenso tratado en horticultura!

    Frases que ofrecen un selecto abono...
    >cuando veas el sol, entrar{s}.
    >cuando tire esos recuerdos... que se vayan simplemente con el sabor a una mala partida
    >y yo podré estar con quien quiera en el tiempo que ella me deje soñar
    > Creo que yo también me estoy volviendo un animal.
    > No me acuerdo de nada de lo que hice esta mañana. Estoy afeitado, pero no lo sé

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  2. Estar desconectado de todo no es malo, al contrario, te brinda un espacio para estar contigo mismo. Seguro que has estado disfrutando de tu familia, eso es muy bueno. Ya ves, la vida continúa.
    ¿Horticultura?. Bueno, al vivir en una casa de campo se habla de lo que se ve. también tú vives en una tierra preciosa.

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