
Maldita tribu divina
ginebreros de la noche,
tan cercanamente lejos
entre el ocaso y la aurora,
emputeciendo a la noche
jodiendo a la luz del sol.
en cada vaso un poema
metabolizando amor
brindis de licor sagrado
sexo latente, patente
dueños y amos de la noche
rito agónico de viernes
brevedad que marca el tiempo
arrastrados por las sombras
hacia la luz cegadora
que anuncia el portal del día
tan solo la puerta andina
les guarda de penetrar
en esa hostil claridad
donde les espera el día
con la puta realidad