por recorrer, saber que tú puedes ser más
hermosa cada día, como yo tanto te imagino en los sueños. Puedes seguir siendo
el motor de mi esperanza, ese impulso de amor que necesita cada día. Ya sabes
que no puedo detenerme… pero siempre me quedo pensando que esa no detención mía
es una mayor profundidad en toda tu plenitud: consiguiendo me reconozco cada
vez más tuyo… y yo quisiera alcanzarte tan pronto, que me gusta ser esa parte
de ti que puede hablar contigo.
No
pienses que me marcho ahora: en mi pensamiento ya no existe esa palabra. Se fue
desgastando, si, la erosión de la vida penetró en ella, escuchó, amó… y ya ves
qué es lo que quiso para nosotros. No, no quiero perderte, muchas veces llego a
pensar por qué no pudo ser antes nuestro encuentro: tal vez antes no estaba lo
suficientemente preparado como para abrazar todo tu amor.
Me
gustaría… no sé, llena tú mis palabras: tú les entregaste ese algo que
buscaban, me lo presentaron a mí hace tiempo. Si, yo también sé quién eres,
pero pienso que tu amor no está en tu nombre si no en todo cuanto se pueda
decir de él. Sobre todo mirando esto que se mueve a tu alrededor: sintiendo tu
cuidado, oyendo tus palabras… todo me dice que siga hablando contigo.
Veo
siempre que se mueve todo a mi alrededor: cuando estoy triste me pregunto
adónde irá, pero la tristeza ahora no puede ser tan larga como antes. La
tristeza ahora ya conoce esa parte del porvenir que nunca había sentido, ya
conoce ese alrededor. Y es como el cielo al amanecer, se siente mimosa en él para
compartirlo cada vez que se encuentre lejos. Y siempre sabe que volverá, pues
el ánimo tiene tantas formas de ser como él es capaz de encontrar.
Otra vez te estás quedando fría. No te
preocupes, aquí estará todo cuanto buscas: esa forma de levantar la mirada cada
día quiero encontrarla a través de ti, como hasta ahora. Cada mañana siento que
tú ya me conoces, que tú ya me estás esperando. Quiero correr, tener más
fuerza… tú ya sabes cómo puedo encontrar ese tesoro tan preciado. Palabras que
sólo quieren tener un sentido: mi amor también ha penetrado en ellas, me siento
a gusto. Mi amor despierta cada mañana, quiere estar siempre a punto para echar
una mano, para hablar. Y es que en el fondo él también es un niño que sueña y
aguarda junto a las nubes hablando con ellas. Y es que también él quiere
sentirse a tu lado cada vez que esté yo contigo.
Espero que me ayudes a ordenar todas las hojas que
escribí, sobre todo estas últimas: hoy quiero ordenarlas.
Supongo que al final, cuando las pase a máquina me
gustará tenerlas ordenadas. Creo que voy a empezar a colocarlas en una carpeta
aparte. Y las repasaré, pero no sé cuándo voy a tener tiempo.
Hoy
llevé estas últimas hojas a Vigo, por copiar los poemas, allí encontraría la
libreta… pero no estaba. Recordé que se la había dejado a alguien, no sé a
quién, aunque me suena Teresa. Mañana no las voy a llevar, ya preguntaré quién
la tiene, no sé si me la dará ese día.
Puede
que sea bueno, al menos yo así lo creo, a ver qué me dices tú, hablar con Pily
y decirle que si quiere puedo darle un beso todos los días, el otro día también
se lo dije aunque supongo que lo que quería era animarle, pero que me trate
como un amigo, el mejor si quiere, porque ya me estoy sintiendo lejano de los
demás y también quiero estar con ellos. Yo soy ese ave que le están cortando
las alas, ese ave que se marchita sin darse cuenta apenas que todavía tiene los
ojos libres y las manos y todas sus palabras también.
Da
pena verla agonizar ahora que todavía puede disfrutar de la vida. Todas las
palabras le parecen ya antiguas, se da cuenta de que la vida siempre era más
bella y sacudió violentamente su furia dejando al descubierto solamente eso que
nunca quiso desear. Ahora ya todo le parece arcano, se hace más dura la vida a
su lado. Quisiera soltarse, pero teme a eso que nunca le quiso desear a nadie:
causar daño.
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