Seguí con mi mirada
el
vuelo de una mariposa de radiantes colores.
e
Iba de flor en flor,
vertiéndose
en cada una cuando se posaba sobre ellas: descansaba un instante
después
se iba a otra, se transformaba…
pero
no descansando, no,
allí
estaba parte del hogar
que
el mundo le había arrebatado.
Mis ojos le seguían en silencio,
asombrados,
perezosos…
y
la mariposa lo sabía, si,
porque
en un momento volvió la vista
y
me miró, detenido en el tiempo.
"¿Qué haces ahí?"- me preguntaba.
Contemplándote-
le respondí.
Y yo sabía que muchas veces el silencio
dice
más que todas las palabras
que
pudieran decirse con el sentimiento.
¿Qué haces tú, mi lucero?- le demandé
en
un tono más suave.
"Curtiendo
mis alas, ya me ves.
Mi
camino no se acaba".
No, no se acabará, rosa linda,
porque
lo das todo.
Y dichas estas palabras me despedí,
para
que siguiese su senda.
Recogí
toda su paz
y
la integré en mi vida.
Muy estimado compañero:
ResponderEliminarYa ha pasado tanto tiempo desde la última vez que publicaste algo, que ya casi no consigo acordarme...!!!
Hoy tenemos un día claro (como tantos otros). La sequía nos está enjutando con su abrazo pertinaz, como una madre protectora cansada de dar el pecho rancio a sus hijos. Pero no quiero cansarte con estas apreciaciones fruto de alguna insolación y de un mal de lumbago.
Supongo que alguna cosa imprevista te habrá ocurrido para tanta tardanza (déjame pensar... ¿El trabajo, alguna señorita o un fallo en el sistema Windows con un pantallazo azul...?). ¡No acertaré ni con una bola de cristal!
Querido amigo (me debes una camisa) pero ya quedaremos para un reencuentro.
No hagas como Zapatero (cuenta-nubes) distrayéndose en un mundo de ensoñación. Alegóricas realidades que nos rodean lo mismo que espejismos.
Todo este poemario me ha dado la sensación de un universo (Matrix). Movimientos ralentizados, ojos aleteando, mariposas pélvicas en el vello de una flor a inercia de un fotograma...
Esto es lo que puedo destacar; y un regreso, tal vez, a cierto sentimiento infantil, pero noble, de integración con principios existenciales.
Perdona estas adjetivaciones (perorata y perorata...de un hombre reseco como un bacalao nórdico).
Este poema no es de los que más me agradan. Puede ser por su excesiva candidez (demasiada glucosa para un corazón diabético). Pero tengo que reconocer que tiene su esencia propia y seguro que hay personas que apreciarán profundamente esta forma de poesía.
Me despido, aguardando que esta carta encuentre puerto propicio y que no sean demasiados los días de espera para tu respuesta.
¡Saludos y afecto!
Disculpa mi tardanza, Raúl, espero que no se repita. Estos días que falté fueron debidos a que estoy moviéndome en trabajos que me tienen casi todo el día ocupado y por esa razón apenas escribía, me faltaba tiempo. Le iba sacando momentos al día, eso si, pero mi mente no estaba en ellos, se sentía inquieta buscando trabajos nuevos. Espero que más pronto que tarde recupere el equilibrio interior y vuelva a ser el de antes. Quizás es el periodo inactivo el que te haga sentir incómodo con lo que escribí, no lo sé
ResponderEliminar¡No me siento incómodo con lo que escribes! Creo que está bien y que refleja el recorrido hacia un grado de madurez que busca el encuentro con las cosas sensibles; más que la mera distracción de la palabra en si misma. Para mí el concepto de poesía excesivamente lírica es algo ya superado y sin retorno.
ResponderEliminar..., también es posible que una acuciante falta de sensibilidad me desmotive para ciertas apreciaciones. Por eso es mejor que no atiendas demasiado a mi forma de objetivar. Tu sabes que con el tiempo se moderan las ansias, se amansan las fuerzas; y, con una mirada retrospectiva, en el instante prístino de esa quietud, se recobra el buen juicio y se observan nuevos valores. A veces no es la poesía, somos nosotros y nuestras circunstancias, nuestro ego. La obra está hecha y debe fluir sin otro consentimiento.
ResponderEliminarTus comentarios me parecen muy constructivos, Raúl, no debes referirte a una falta de sensibilidad. cuando escribí el texto y rematé las dos frases últimas, me pareció tan interesante la idea de "la integré en mi vida" que me pareció un aporte más al relato, algo novedoso. Y con esa razón lo puse en el blog. Como ya te dije antes, me siento en un periodo de inflexión y no encuentro la chispa que antes tenía
ResponderEliminarNos ocurre a todos... Tal vez todo apunte a un cambio y eso es bueno aunque devenga en periodos poco prolíficos o de conflicto. Al final, confío, reconocerás la importancia de estos momentos.
ResponderEliminarTodo cambio que te abra la mente a algo más se te hará en parte cómodo porque tu alma siempre está cambiando. Aparte de eso está tu ser, que busca nuevos horizontes, nuevos logros... Te das cuenta que un cambio es parte de la vida y así lo asumes, es parte del crecimiento
ResponderEliminarAyer estuve viendo un documental sobre los espectros de la luz. Según parece hay infinitud de campos que nos es imposible de apreciar, sólo distinguimos los colores que se descomponen al pasar a través de una gota de lluvia (nuestro preciado arco iris), quedando un gradiente inmenso de longitudes invisibles a nuestros ojos.
ResponderEliminarAsí, la poesía, intenta captar otros universos y el poeta es el prisma que refracta, refleja, y nos muestra finalmente otra visión del mundo.
lobezno
Somos energía, Lobezno. La tradición dice que somos cuerpo y alma y es verdad, pero no hablan del campo magnético que hay en torno a nosotros, al que muchos le llaman "aura" ni hablan del poder que hay dentro de cada uno y que se proyecta en la realidad. Por lo tanto, hay muchas cosas que aún desconocemos o que no nos han sido mencionadas; asímismo la luz forma parte de todos nosotros y tampoco es del todo conocida, lo quer no se ve. Y de eso es de lo que se llena el poeta, de lo que le inspira la vida
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