Esa dulce sensación
que descubrí al
mirarte
rompió el corazón
solo deseo amarte
en el mirar de tus ojos
descubrí mi salvación
la dulzura de tus labios
me devolvieron la ilusión
cada día sufro más
esperando nuestro encuentro,
es el dolor del amor
el que llevo tan dentro
no necesito dinero
no necesito alimento
sólo necesito verte
si no puedo voy muriendo
siento muy poco a poco
que te has llevado mi alma
lo único que desconozco
es si de verdad me amas
viviré con el deseo
de encontrarte cada día
es mi único anhelo
es mi alegría.
rompió el corazón
solo deseo amarte
en el mirar de tus ojos
descubrí mi salvación
la dulzura de tus labios
me devolvieron la ilusión
cada día sufro más
esperando nuestro encuentro,
es el dolor del amor
el que llevo tan dentro
no necesito dinero
no necesito alimento
sólo necesito verte
si no puedo voy muriendo
siento muy poco a poco
que te has llevado mi alma
lo único que desconozco
es si de verdad me amas
viviré con el deseo
de encontrarte cada día
es mi único anhelo
es mi alegría.
Candelaria..., eres como una candela amorosa. No puedo decir ni sí ni no; y, puesto que tampoco me produce indiferencia, lo leo con agrado. Como diría un poeta: (Lágrimas de amor, sólo lágrimas...).
ResponderEliminarCada poeta vive lo que transmite de una manera muy especial. Y es el intervalo entre lo que nos dice y lo que siente cada uno por dentro lo que llega a nosotros: eso significa que cada uno también se ve reflejado en las palabras que se dicen. Por esa razón nadie pasa indiferente ante una realidad
ResponderEliminarCada vez me sorprenden más tus respuestas, llenas de una enorme intuición.
ResponderEliminarGraciñas, Raúl, nunca lo había visto así. Sólo me parece justo respetar la opinión de cada persona porque cada una tiene una razón y eso es muy loable
ResponderEliminarObservo una diferencia fundamental. Hay poetas que se arrastran por la palabra intentando conseguir una armonía, un grado de belleza a través del trabajo que no siempre es inspirado o inspirador. En este punto se trata, más bien, de objetivar en la abstracción hasta llegar, tal vez, a algún sentimiento residual para aprehender el mundo (el poeta del verbo). Se trata de separar la poesía de la atracción magnética que ejerce la persona del poeta y, como en una atalaya, apreciar con la suficiente distancia la obra como un ente individual y propio de discernimiento.
ResponderEliminarLa otra poesía se impregna del ser que la habita hasta hacerse consustancial a uno mismo. El sentimiento fluye como un torrente desbordado. Se escribe para interiorizar y exteriorizar lo
que se siente. El sentimiento es la única fuerza creadora que obra inconscientemente, anulando toda visión crítica. La poesía es un acto de fe (creo que ya se ha dicho en algún otro comentario).
Carece de la noción de mesura que, poco a poco, va dando el tiempo; y por consiguiente, es un reflejo necesario e intrínseco del afloramiento sensual y mental de la persona.
Aquí, lo que entendemos por valor literario, no es tan importante como el valor vital y creativo del ser que se une en una forma interior de experiencia imposible de segregar.
La poesía de Candelaria es de este tipo último.
lobezno