Yo le decía te quiero en cada palabra, en
cada poema.
Ponía mis silencios a sus pies cada día,
aunque viviese en un mundo distante al
mío…
y le decía te quiero en cada distancia, en
cada mundo…
y no sabía cómo acercarme más.
Tenía miedo que ella se marchara, que no
lo entendiese.
Le decía que todo lo que fuera lo
aprendería por ella misma:
la libertad,
por que el mundo me había impuesto un
orden y una ley,
las cadenas…
que todo lo que fuera lo aprendería.
Cuando las palabras no podían salir por mi
boca,
sabía decirle te quiero.
Por eso hoy se lo digo al oído y ella me
lo dice a mí también
y soñamos que no ha pasado el tiempo.
Es él quien pierde… aunque algunas veces
piense
que ya me arrebató muchos años de mi vida.
"No estaría hoy aquí- le digo-,
aunque desarrapado y perdido".
"Ya lo sé, amor, ya lo sé- me
contesta".
Y soy feliz.
-2008-
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